Eduardo Serra decide hoy si acepta presidir el Desaf¨ªo Espa?ol entre fuertes disputas internas
Hoy, es un d¨ªa clave para el futuro del Desaf¨ªo-Espa?a Copa del Am¨¦rica (DECA). Eduardo Serra, propuesto por patrocinadores y organismos oficiales, anunciar¨¢ siacepta o no la presidencia del DECA. Serra puso como condici¨®n que se garantizase el dinero imprescindible, 800 millones de pesetas, para participar en la Copa del Am¨¦rica, en San Diego (EE UU), a partir de enero de 1992. Mientras, las disputas internas se mantienen, incluso con m¨¢s virulencia. La mayor¨ªa de los cargos del DECA estudian la posibilidad de dimitir, a la espera de que Serra defina el nuevo organigrama.
Las tensiones nacieron pr¨¢cticamente con el proyecto, en mayo de 1989, pero se han recrudecido en las ¨²ltimas semanas. Los miembros de la Oficina T¨¦cnica, responsable del programa t¨¦cnico-deportivo, han anunciado que est¨¢n estudiando la posibilidad de dimitir por considerar que la direcci¨®n no ha tenido en cuenta sus opiniones.En un documento remitido al Consejo del DECA, los integrantes de la Oficina T¨¦cnica dec¨ªan: "Queremos manifestar nuestra indignaci¨®n al ser testigos de una utilizaci¨®n abierta del proyecto para fines comerciales y de promoci¨®n personal, ajenos totalmente al esp¨ªritu que debe regir en esta aventura en la que han depositado su confianza empresas tanto p¨²blicas como privadas del mayor prestigio a las que no podemos decepcionar".
"No estamos dispuestos a ser c¨®mplices silenciosos", contin¨²a la carta, otra de cuyas quejas es la de utilizar a personal propio en trabajos ajenos al Desaf¨ªo: "Sin consultar con el departamento t¨¦cnico se ha enviado a gente del departamento a realizar trabajos ajenos al DECA por indicaci¨®n del presidente y pagados por el propio DECA". A este respecto, Pedro Campos, presidente del DECA entonces, se?al¨®: "Esto fue un error de Diego Col¨®n que aclaramos en su d¨ªa".La tripulaci¨®n
Las cr¨ªticas trascienden tambi¨¦n a la propia tripulaci¨®n, que ha llegado a manifestarlas por dos veces en sendos documentos escritos. En uno de ellos, el primero, con fecha 16 de mayo 1991, la tripulaci¨®n dice: "Estamos cansados de ser el ¨²ltimo mono de este circo y que nada de lo que la tripulaci¨®n dice tenga valor alguno a la hora de tomar decisiones tanto t¨¦cnicas como deportivas desde el d¨ªa en que todo estaba 'arreglado' con la inclusi¨®n de un nuevo director general". Los tripulantes se refieren a Gerardo Seeliger, nombrado director general del Desaf¨ªo el pasado 20 de marzo.
En otro p¨¢rrafo, la tripulaci¨®n afronta la reciente participaci¨®n en el Mundial de la clase Copa del Am¨¦rica, en San Diego, donde el papel deportivo no fue especialmente destacado: "Se est¨¢ informando a la opini¨®n p¨²blica y a los propios miembros de nuestra sociedad [DECA] de una manera un tanto err¨®nea de lo acontecido en San Diego atribuy¨¦ndole a la mala suerte nuestro resultado", dice la carta. "Nunca un proyecto deportivo de esta magnitud puede mandar a San Diego a un grupo de personas a entrenar y adaptarse a las condiciones reinantes para luego tirarlo todo por la borda". La tripulaci¨®n se refiere a la designaci¨®n de Pedro Campos como patr¨®n del barco Spain 92 durante el Mundial. Campos lleg¨® dos d¨ªas antes del comienzo de la competici¨®n. La tripulaci¨®n hab¨ªa recomendado a To?o Gorost¨¦gui como patr¨®n.
La tripulaci¨®n acusa directamente a los dirigentes del Desaf¨ªo de "desorganizaci¨®n y falta de un plan concreto", de "existir un inter¨¦s m¨¢s lucrativo que deportivo", de tener una imagen "deplorable, no digna de un proyecto nacional".
Uno de los hechos que m¨¢s irrit¨® a la tripulaci¨®n sucedi¨® en Barcelona, lugar al que se desplaz¨® el barco para unos entrenamientos. Durante la primera semana no se pudo hacer nada porque no hab¨ªan llegado las velas; durante la segunda, la ¨²nica actividad que mantuvo la tripulaci¨®n fue "sacar de paseo" a personalidades y empresarios, por orden de Seeliger.
La tripulaci¨®n insisti¨® por carta el d¨ªa 30 de mayo para solicitar, en aquella ocasi¨®n, "el cese de los responsables y la adopci¨®n de soluciones". La carta estaba firmada por 10 de los 13 componentes del equipo.
Las cr¨ªticas al proyecto tambi¨¦n han partido del propio Consejo. Uno de sus miembros, Juan Carlos Rodr¨ªguez-Toubes, envi¨® un voto particular en el que expresa su preocupaci¨®n por la situaci¨®n contable del DECA bas¨¢ndose en un informe previo elaborado por la firma Anffisa. "Con respecto a la caja de la sociedad, expone, existe una gran diferencia entre el saldo contable y el saldo real, lo que pone de manifiesto que, o bien faltan justificantes, o bien falta dinero en la caja". A este respecto, Pedro Campos, presidente hasta hace una semana del Desaf¨ªo, se limit¨® a responder a EL PA?S: "Existe un informe posterior de la firma Arthur Andersen que aclara cualquier duda contable". En las conclusiones de dicho informe se dice: "No se ha puesto de manifiesto aspecto alguno que pudiera presuponer la existencia de hechos irregulares o gastos de naturaleza dudosa con respecto a los negocios de la sociedad. Como usted conoce, una auditor¨ªa no tiene por objetivo la detecci¨®n de este tipo de hechos".
El asunto de las velas
Una de las acusaciones que van dirigidas directamente hacia Pedro Campos es la relativa a la compra de las velas de la embarcaci¨®n. Uno de los miembros de consejo habla de la existencia de tres presupuestos, entre los cuales se opt¨® por el m¨¢s caro, que correspond¨ªa a una empresa -Velas Campos- en la que el propio Pedro Campos fue en su d¨ªa uno de los propietarios junto a Ib Andersen, otro de los miembros contratados como asesor del proyecto.Carlos Fern¨¢ndez de Henestrosa, ex gerente y ahora director institucional, aclara a este respecto: "Mientras fui gerente no vi ninguno de esos dos presupuestos en mi mano. Si alg¨²n miembro pidi¨® presupuestos por su cuenta, es problema suyo. La petici¨®n de las velas iba firmada por Diego Col¨®n, jefe del departamento t¨¦cnico, Luis de la Pe?a, como secretario general, y por m¨ª mismo, como gerente. Es decir, ten¨ªa el visto bueno de tres personas".
"No alcanzo a comprender", dice por su parte por escrito el consejero Toubes, "qui¨¦n autoriz¨® y por qu¨¦ la compra de un juego de velas para el Espa?a 92 a la sociedad C & R [Velas Campos], de la que es accionista el presidente de DECA [Pedro Campos], pues no fui yo, que en aquellos momentos era el consejero delegado".
Uno de los presuntos presupuestos correspond¨ªa a la firma norteamericana North Sails, con representaci¨®n en Espa?a, de gran prestigio en el mundo de la vela y que ha dotado de equipaci¨®n a algunas de las embarcaciones m¨¢s importantes, entre las que est¨¢ Il Moro de Venezia III, ganador del Mundial y uno de los m¨¢s serios candidatos. El presupuesto de North Salls era de 116.389 d¨®lares (unos 12 millones de pesetas en ese momento). El presupuesto de Velas Campos era por un importe de 28.424.862 pesetas. El tercer presunto presupuesto, de la empresa G¨¦nesis Composites Greensboro, tambi¨¦n norteamericana, era de 81.367 d¨®lares (unos 8,4 millones de pesetas). Pedro Campos, a preguntas de este peri¨®dico, dijo: "No quiero hacer ning¨²n comentario sobre este tema, pero me resulta extra?o que el nombre de Juan Carlos Rodr¨ªguez-Toubes apareciera en el pedido de juego de velas. Hasta ahora Toubes ha utilizado Velas Campos en los barcos que ha llevado ¨¦l como patr¨®n". Campos tambi¨¦n neg¨® la existencia de otros dos presupuestos.
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