C¨®mo desarmar s¨®lo al enemigo
En las ¨²ltimas semanas se han hecho p¨²blicas dos iniciativas de desarme propuestas por los presidentes de Estados Unidos y de Francia. La propuesta norteamericana est¨¢ centrada en el espacio geogr¨¢fico de un Oriente Pr¨®ximo ampliado (de Marruecos a Ir¨¢n), mientras que la francesa es de car¨¢cter m¨¢s general.A pesar de ciertas diferencias en cuanto a su contenido, ambas propuestas tienen en com¨²n un aspecto que las deslegitima y limita de entrada: sugieren medidas para reducir el nivel de militarizaci¨®n de aquellos pa¨ªses que en estos momentos no son considerados como aliados, mientras que toleran el rearme propio y de los amigos. En definitiva, abogan un desarme selectivo, sin buscar una coherencia entre lo que se exige a los dem¨¢s y lo que uno est¨¢ dispuesto a hacer.
Ambas propuestas hacen referencia a la necesidad de controlar el comercio de armamentos, particularmente desde los principales pa¨ªses exportadores, que son los mismos que tienen el privilegio de ser miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (los cinco principales). Estados Unidos propone un "acuerdo entre caballeros" mediante intercambio de informaci¨®n y establecimiento de reglas de conducta al respecto. Francia va m¨¢s all¨¢, y propone algo tan elemental y urgente como la creaci¨®n en la ONU de un registro internacional de transferencias de armas, que sin duda ser¨ªa muy efectivo, siempre que sea p¨²blico y transparente. Curiosamente, en la propuesta de Bush no se ponen l¨ªmites para vender a los pa¨ªses amigos, que quedan autorizados a comprar grandes cantidades de armamento, mientras sea a los cinco principales.
Amigos y productores
No ha de sorprender, por tanto, que mientras se hace p¨²blico este plan de desarme, el secretario de Defensa Richard Cheney venda 10 aviones F-15 a Israel y acuerde con este pa¨ªs el desarrollo conjunto de un misil superficie-superficie, le conceda una ayuda adicional de 700 millones de d¨®lares para comprar armamentos hasta ahora situados en Europa, y afirme que "Estados Unidos velar¨¢ por la seguridad y superioridad estrat¨¦gica de Israel".Tampoco ha de sorprendernos que el Gobierno de Estados Unidos venda nuevos armamentos a Arabia por valor de 14.000 millones de d¨®lares, y disponga en este pa¨ªs de tanques y artiller¨ªa para casos de urgencia, o que firme un acuerdo con Egipto para suministrarle 46 aviones F-16 valorados en 1.500 millones de d¨®lares. No nos sorprende, pero constituye una estafa hacer ver que el control del comercio de armas es lo mismo que su reducci¨®n. De momento, lo ¨²nico que se pretende es eliminar la competencia.
Respecto a las armas de destrucci¨®n masiva (nucleares, qu¨ªmicas y biol¨®gicas), la confusi¨®n no es menor. Bush quiere ahora una zona libre de armas nucleares (ZLAN) en Oriente Pr¨®ximo, aunque desde 1974 la Administraci¨®n norteamericana se ha opuesto, a?o tras a?o, a las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas en este sentido. Pero ?c¨®mo se puede desnuclearizar Oriente Pr¨®ximo sin eliminar las armas nucleares de Israel? ?Y c¨®mo pueden los cinco principales obligar a cualquier pa¨ªs a desnuclearizarse, si ellos mismos no est¨¢n dispuestos a hacer lo mismo o, cuando menos, a reducir dr¨¢sticamente sus arsenales nucleares? La decisi¨®n francesa de firmar el Tratado de No Proliferaci¨®n (TNP) es sin duda positiva, aunque s¨®lo sea para lavar la cara a un pa¨ªs que tiene una gran responsabilidad por haber diseminado la tecnolog¨ªa nuclear en pa¨ªses proliferantes, como Sur¨¢frica e Israel. Pero su voluntad desnuclearizadora queda mermada por la decisi¨®n de continuar con las pruebas nucleares en el Pac¨ªfico. La postura francesa es de comodidad (que las dos grandes potencias vayan reduciendo sus arsenales hasta situarse al nivel franc¨¦s), pero sin ning¨²n compromiso por su parte.
Todos o ninguno
En cuanto a la eliminaci¨®n de las armas qu¨ªmicas y biol¨®gicas, la propuesta francesa reclama la destrucci¨®n de todas las armas existentes, mientras que la norteamericana aboga lo mismo s¨®lo para el ¨¢mbito de Oriente Pr¨®ximo. No detallan, sin embargo, las medidas concretas que posibilitar¨ªan realizar esos deseos a nivel global o regional, como,por ejemplo, la obligatoriedad de todos los Estados de informar a la OMS sobre sus laboratorios, instalaciones y datos epidemiol¨®gicos, las medidas que permitir¨ªan controlar la fabricaci¨®n y exportaci¨®n de la industria qu¨ªmica y farmac¨¦utica, o el control sobre los experimentos de biotecnolog¨ªa.La propuesta de Bush insta tambi¨¦n a congelar la producci¨®n, compraventa y ensayo de misiles superficie-superficie de un alcance superior a los 150 kil¨®metros. Francia no ha dicho nada al respecto, quiz¨¢ para no poner en evidencia el origen galo de los misiles Agni y SLV-3 de la India, los Jericho 1 de Israel y los Hatf 2 de Pakist¨¢n, entre otros ejemplos. S¨ª que menciona, en cambio, la socializaci¨®n de la informaci¨®n obtenida por los sat¨¦lites, campo en el que Estados Unidos tiene una gran ventaja. De momento no puede esperarse nada sustancial de estas propuestas.
Los pa¨ªses no europeos no aceptar¨¢n imposiciones ni planes regionales de desarme de forma unilateral, al menos mientras afecten exclusivamente a algunos de ellos (los nuevos enemigos o los nuevos sospechosos), mientras el resto puede seguir con sus procesos de rearme y militarizaci¨®n con absoluta impunidad. Y es que el desarme, cuando no es un proceso voluntario, se ha de planificar para todos o para ninguno.
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