Dinero providencial

Los vecinos de San Blas escucharon ayer buenas palabras del delegado del Gobierno, Segismundo Crespo; del gerente del Ivima, Miguel ?ngel Pascual, y de los responsables municipales. Todos han prometido ayudas para rehabilitar, con toda urgencia, las viviendas y los comercios destrozados por el atentado. Pero la memoria es fr¨¢gil.

El 22 de noviembre de 1988, por ejemplo, ETA atent¨® contra el cuartel de la Direcci¨®n General de la Guardia Civil, en la confluencia de las calles de G¨²zman el Bueno y San Francisco de Sales. Los vecinos del sexto piso del n¨²mero 38 de esta caliese quedaron sin cristales. Hoy, casi tres a?os m¨¢s tarde, tanto ellos como los dem¨¢s perjudicados de la comunidad no han recibido reparaciones.

En el n¨²mero 44 de esa calle, frente al cuartel mencionado, est¨¢ el convento del Tercer Monasterio de la Visitaci¨®n de Santa Mar¨ªa. La procuradora, que ayer vigilaba los trabajos de la reparaci¨®n consecuencia de aquel atentado, explic¨® que se hab¨ªan servido del dinero aportado por la compa?¨ªa aseguradora y por donativos particulares para sufragar la rehabilitaci¨®n, "pero del Estado, nada, porque nos dijeron que las leyes s¨®lo cubren a las v¨ªctimas". La superiora precis¨®: "Las monjas no tenemos dinero y, por tanto, tenemos que confiar en la providencia".