El capit¨¢n Barril culpa al ex ministro Hernu del esc¨¢ndalo de los irlandeses
Fue todo un gesto teatral. A las 14 horas de ayer, cuando todo el mundo daba por supuesto que el capit¨¢n Paul Barril se escond¨ªa en alg¨²n pa¨ªs del golfo P¨¦rsico, el supergendarme franc¨¦s compareci¨® por su propio pie en el palacio de Justicia de Par¨ªs. Barril responsabiliz¨® de inmediato al ex ministro de Defensa Charles Hernu, fallecido el pasado a?o, de la manipulaci¨®n policial conocida como "el esc¨¢ndalo d¨¦ los irlandeses de Vincennes".
El juicio que se celebra en la capital francesa contra los mosqueteros del El¨ªseo, cobr¨® as¨ª una dimensi¨®n espectacular.El capit¨¢n Barril, de 47 a?os de edad, es el hombre clave del juicio. Seg¨²n tirios y troyanos, ¨¦l fue el autor intelectual y material de la falsificaci¨®n de pruebas que en agosto de 1982 condujo a tres irlandeses residentes en Vincennes a verse acusados de formar un "importante y peligroso grupo terrorista internacional". Un grupo, seg¨²n el comunicado difundido por el El¨ªseo, presunto responsable de la cadena de atentados que sacud¨ªa Par¨ªs y, en particular, del que hab¨ªa provocado la muerte de seis personas en el restaurante jud¨ªo de la Rue de Rosiers.
El gran misterio del juicio de Par¨ªs es por qu¨¦ Barril no se sienta en el banquillo de los acusados en uni¨®n de Christian Prouteau -jefe en 1982 de la C¨¦lula Especial Antiterrorista del El¨ªseo y hoy prefecto encargado de la seguridad de los Juegos Ol¨ªmpicos de Albertvilley de otros dos mosqueteros presidenciales. El pasado lunes, al poco de la apertura de la vista oral, el abogado de uno de los acusados proclam¨® que Prouteau, Jean-Michel Beau y el tercer supergendarme se limitaron a colaborar en el "montaje" ideado por Barril. El presidente del tribunal orden¨® entonces que Barril compareciera al d¨ªa siguiente (ayer), aunque para ello fuera necesario emplear la fuerza p¨²blica.
Aparici¨®n 'fantasmal'
Barril estaba en Qatar, uno de los numerosos pa¨ªses ¨¢rabes y africanos que hoy reciben sus consejos en materia de lucha contra el terrorismo. Sin embargo, uno de los testigos expres¨® la ¨²nica posibilidad de ver al capit¨¢n en el palacio de Justicia. "Barril", dijo, "es un fantasma imprevisible".El "fantasma imprevisible" apareci¨® a primera hora de la tarde de ayer en el tribunal como acababa de anunciar su abogado. Poco despu¨¦s comenz¨® a hablar para afirmar que el fallecido Charles Hernu, ministro de Defensa en 1982, le di¨® la "luz verde" para la operaci¨®n contra los irlandeses de Vincennes. En los ¨²ltimos nueve a?os Barril s¨®lo hab¨ªa comparecido una vez ante la Justicia en relaci¨®n a este asunto.
El 6 de ocubre de 1982 fue interrogado por un juez que instru¨ªa el sumario de los irlandeses acusados de terrorismo. Pero en aquella ¨¦poca el juez no sab¨ªa a¨²n que Barril -deseoso de obtener un ¨¦xito espectacular para la C¨¦lula Especial Antiterrorista que Mitterrand hab¨ªa creado tras el atentado de la Rue de Rosiers- coloc¨® personalmente las armas y explosivos encontrados en casa de los irlandeses. Los tres irlandeses fueron liberados sin cargos tras nueve meses de detenci¨®n, cuando el juez instructor lleg¨® al convencimiento de que todas las pruebas en su contra hab¨ªan sido falsificadas por la C¨¦lula Especial Antiterrorista del El¨ªseo. Ese mismo juez abri¨® entonces otro nuevo sumario por intimidaci¨®n de testigos. Prouteau y dos gendarmes fueron procesados, pero no Barril.
Barril, cintur¨®n negro de karate, paracaidista y tirador de primera, especialista en la liberaci¨®n de rehenes, es un un hombre peligroso. Una vez dijo a un periodista: "Si me ocurre algo, cuatro ministros, entre ellos Hernu, ser¨¢n asesinados".
Sin embargo, la prensa francesa cree que si el El¨ªseo ha hecho todo lo posible para disociar su nombre del "esc¨¢ndalo de los irlandeses de Vincennes" es, sobre todo, porque el supergendarme conoce algunos secretos sobre la vida privada de personalidades del poder socialista. Barril est¨¢ dispuesto a difundirlos para salvar la piel y eso explicar¨ªa su impunidad.
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