El juicio de los 'mosqueteros' del El¨ªseo concluye sin que se aclaren los interrogantes

La vista oral del juicio contra los miembros de la C¨¦lula Especial Antiterrorista del El¨ªseo acusados de haber falsificado las pruebas con las que pretend¨ªan implicar en actividades terroristas a tres irlandeses concluy¨® en la noche de ayer, en Par¨ªs, sin que se desvelaran los interrogantes del caso. Desde la espectacular comparecencia, en la tarde del pasado martes, del capit¨¢n Paul Barril, la impresi¨®n en el Palacio de Justicia parisiense era que, una vez m¨¢s, el fallecido ex ministro de Defensa Charles Hernu pagar¨¢ los platos rotos.

El tribunal decidir¨¢ el pr¨®ximo 24 de septiembre el veredicto a los encausados. Las penas solicitadas por el fiscal, muy bajas -entre tres meses y un a?o-, ha provocado que la acusaci¨®n civil hable de influencia en el proceso y el deseo del poder "de conferir impunidad a los acusados"."De todos los chivos explatorios de la V Rep¨²blica, Charles Hernu fue quiz¨¢ el m¨¢s digno", escribi¨® ayer Franz Olivier-Giesbert, director period¨ªstico de Le Figaro. Olivier-Giesbert record¨® c¨®mo Hernu "llev¨® hasta su muerte todo el peso del asunto Greenpeace" por lealtad hacia su amigo personal y l¨ªder pol¨ªtico Fran?ois Mitterrand.

Hernu era ministro de Defensa en 1985, a?o en que los servicios secretos franceses atentaron en Nueva Zelanda contra un buque de la organizaci¨®n ecologista Greenpeace. Cuando las investigaciones sobre este asunto comenzaban a remontar los pelda?os del El¨ªseo, Mitterrand ofreci¨® en bandeja de plata su cabeza y le ces¨® sin contemplaciones.

Hernu, fallecido en 1990 a los 67 a?os de edad, sin haber explicado nunca los entresijos del asunto Greenpeace, fue acusado el martes por el capit¨¢n Barril de haber dado en 1982 luz verde a los supergendarmes del El¨ªseo para su operaci¨®n contra tres irlandeses residentes en Vincennes.

Esos irlandeses fueron acusados por el El¨ªseo de formar parte de un "importante y peligroso grupo terrorista internacional", responsable de los atentados que entonces sacud¨ªan Par¨ªs. Los irlandeses fueron liberados nueve meses despu¨¦s, cuando se supo que las armas y explosivos encontrados en su vivienda hab¨ªan sido colocados por los supergendarmes.

A diferencia de Christian Prouteau -ex jefe de la C¨¦lula Especial Antiterrorista y hoy prefecto encargado de la seguridad de los Juegos Ol¨ªmpicos de Albertville- y otros dos altos funcionarios de la lucha antiterrorista, Barril no compareci¨® ante el tribunal parisiense en calidad de acusado, sino de testigo.

"Barril s¨®lo cita en su defensa a los muertos", exclam¨® indignado el teniente coronel Jean-Michel Beau, uno de los acusados. Al mencionar el nombre de Hernu Barril cerr¨® toda posibilidad de aclarar el caso.