'Culebr¨®n' sinf¨®nico
Durante cuatro d¨ªas ocupa el escenario del Carlos V la orquesta de la Gewandhaus de Leipzig, con su titular, Kurt Masur. Estos grandes ciclos orquestales, confiados a formaciones invitadas, mantienen la tradici¨®n del festival internacional y tambi¨¦n la de sus antecedentes conciertos del Corpus, iniciados a finales del siglo XIX.
Ahora se trata de un monogr¨¢fico o culebr¨®n sinf¨®nico en cuatro cap¨ªtulos dedicados a Brahms, que comenz¨® el martes con la colaboraci¨®n del pianista espa?ol Jos¨¦ Mar¨ªa Pinzolas y prosigui¨® el mi¨¦rcoles con la presencia solista de la violinista rumana Michaela Martin y el violonchelista alem¨¢n J¨¹rnjakob Timm.
Pinzolas es un pianista de brillante carrera por sus condiciones de m¨²sico sensible y la belleza de una t¨¦cnica que le permite excelentes versiones de la suite Iberia, ¨ªntegra, o de las Variaciones Diabelli. Sin embargo, su actuaci¨®n en el primer concierto de Brahms qued¨® por debajo de sus posibilidades. Cualquiera con un poco de h¨¢bito pudo percibir desde el primer instante que el solista tocaba desconcentrado. La mediana calidad de un piano en regular estado, con el que muchos otros se habr¨ªan negado a actuar; la escasez de los ensayos y hasta una manifiesta falta de identificaci¨®n entre el maestro y el pianista, que cuaj¨® en frecuentes desajustes, amenazaron constantemente la versi¨®n, a la que, pese a todo, aport¨® Pinzolas grandes bellezas de expresi¨®n creativa, como en el adaggio central.
Todo ello extra?a en un maestro avezado, quiz¨¢ m¨¢s profesoral que imaginativo, como es Masur, y en una orquesta de la categor¨ªa de la de Leipzig, extraordinariamente bella en las cuerdas y maderas y algo m¨¢s gruesa de sonido en los metales. Mucho mejor funcion¨® todo con los solistas del doble concierto, cuya refinada l¨ªnea musical no dej¨® de alzarse por encima de la del maestro.
Buena realizaci¨®n
Las dos primeras sinfon¨ªas tuvieron muy buena realizaci¨®n -salvado un no corregido desequilibrio entre los arcos y las maderas y los instrumentos de metal, que da?¨® el conjunto-, pero la visi¨®n de Masur parece responder a esquemas distintos a los propios de su edad y categor¨ªa. Como compensaci¨®n, Kurt Masur no cae nunca en soluciones o f¨®rmulas caprichosas, pero puede hacer que pasen un tanto inadvertidas, y hasta algo trivializadas, ideas dignas de un m¨¢s profundo an¨¢lisis y m¨¢s larga serenidad. En todo caso, en Masur falta, hoy por hoy, ese algo m¨¢s, ese valor a?adido que convierte en egregia una buena interpretaci¨®n.Por las tardes, en el auditorio Manuel de Falla Paul Badura-Skoda desarro¨ªla el ciclo completo de sonatas mozartianas interpretadas al fortepiano, que ya hizo en Madrid y en tantas otras ciudades europeas. La asistencia se muestra interesada, aunque el inteligente pianista austriaco dista, en bastantes momentos, de la perfecci¨®n y del primor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.