Viaje al presente

Como buen pa¨ªs perif¨¦rico (tambi¨¦n) en cuestiones musicales, aqu¨ª florece el papismo. Arrecia el revival, todo el mundo lleva 25 a?os escuchando a la velvet. La homologaci¨®n con la ¨²ltima hora internacional -rap, hardcore, ruidismo, todo junto m¨¢s un punteo heavy- produce entretenidos simulacros en los que nuestra capacidad de dramatizaci¨®n vuela alto.Ante tal panorama, sorprende la irrupci¨®n -saludada con fervor por la prensa especializada-, de un grupo de Granada que parece vivir. .. en el presente. Sin dar saltos gratuitos en el tiempo, Lagartija Nick ha concebido una inteligente forma de continuismo con el pasado reciente: base r¨ªtmica punk, muro s¨®nico de guitarras, voz potente con tendencia a la dicci¨®n clara del pop.

La velocidad preside todas y cada una de las canciones. La forma de composici¨®n es b¨¢sica: pocos acordes, pero justamente escogidos en su diferencia. Cada tema es un desarrollo sonoro que sugiere fases y cl¨ªmax, y el grupo avanza lanzado sin apenas repetir partes de estribillos. En la voz hay potencia, pero no crispaci¨®n. La expresi¨®n es clara, contenida, y contrasta de forma muy sugestiva con la r¨ªtmica fulgurante. Las guitarras se permiten grietas en el muro s¨®nico y realizan breves punteos hirientes o encadenan acordes rockanroleros.

Todo ello ocurre con naturalidad, y Lagartija Nick sorprende porque derrocha personalidad y actualiza la herencia de los ochenta, hoy d¨ªa maltratada por quienes creen venir del pasado o, lo que es peor, del futuro.