Versiones

La nueva expresi¨®n musical destinada al baile nace de una acumulaci¨®n lineal de ideas breves y de origen diverso. A una l¨ªnea mel¨®dica de voz sucede un efecto de sintetizador, y a ¨¦ste, unos acordes sincopados de piano o unos guitarrazos funkies, o un bajo lento y entrecortado, 15 segundos de rap, lo que sea.Sobre un entramado percusivo contundente se insertan mensajes diversos. Todo vale lo mismo, y la canci¨®n-relato resultante equivale as¨ª a ese mundo-caos neoyorquino de donde procede Deee-Lite. Lo mismo ocurre con su est¨¦tica desquiciada. La cantante es de apariencia n¨®rdica; el pinchadiscos, ruso, y el japon¨¦s no vino, pero pusieron una efigie suya de cart¨®n. Junto a los grandes ¨¦xitos, sonaron multitud de temas largos y extra?os para una ejecuci¨®n en directo demasiado esquem¨¢tica. Los m¨²sicos se esforzaron, pero es dif¨ªcil luchar contra el referente s¨®nico que aqueja a la audiencia: el brutal producto que la tecnolog¨ªa emana desde los estudios de grabaci¨®n. Pareci¨® que Deee-Lite versioneaba sus propias canciones.