Astilleros, competitividad y negociaci¨®n colectiva
El articulista analiza en este texto el acuerdo marco, firmado el pasado 14 de junio entre la Divisi¨®n de Construcci¨®n Naval y los sindicatos, por el que se articula y racionaliza la negociaci¨®n de los convenios colectivos. Este acuerdo, con una vigencia de dos a?os, es fundamental para que los astilleros puedan elevar su nivel de productividad y afrontar en 1992 el reto del mercado ¨²nico.
La construcci¨®n naval espa?ola, sujeta a la pol¨ªtica industrial comunitaria, debe afrontar su futuro inmediato en condiciones cada vez m¨¢s exigentes y sometida a reglas de juego supranacionales de inexcusable cumplimiento.Nuestros astilleros, especialmente los de capital p¨²blico encuadrados en la divisi¨®n de construcci¨®n naval (DCN) del Instituto Nacional de Industria (INI), act¨²an de lleno en el mercado mundial y se enfrentan a la competencia internacional.
Las directivas comunitarias, en su m¨²ltiple pretensi¨®n de reforzar la posici¨®n competitiva del sector, a la vez de reducir r¨¢pidamente las ayudas p¨²blicas hasta su eliminaci¨®n y homogeneizar la intervenci¨®n de los Estados miembros para no distorsionar la competencia intracomunitaria, nos colocan ante un reto exigente y definitivo. El a?o 1991 es el ¨²ltimo en que se autorizan medidas excepcionales, como sobrepasar el techo comunitario de ayudas, no utilizado por la Administraci¨®n espa?ola en su reciente Real Decreto 826/91, sobre primas a la construcci¨®n naval, y la posible compensaci¨®n de p¨¦rdidas a los astilleros p¨²blicos, seg¨²n los planes negociados con la Comisi¨®n de las Comunidades Europeas.
En el a?o 1992, la equiparaci¨®n al resto de los socios comunitarios ser¨¢ plena. La magnitud del esfuerzo a realizar para asegurar la supervivencia en una construcci¨®n naval comunitaria, dirigida por Alemania, y mundial, encabezada por Jap¨®n, puede colegirse del cuadro adjunto.
El diferencial de productividad del naval espa?ol respecto a nuestro referente m¨¢s inmediato es de uno a dos, y a Jap¨®n, de uno a cuatro.
Plan de actuaci¨®n
Esta situaci¨®n es similar para los astilleros de la DCN y da fundamento a la puesta en ejecuci¨®n del Plan de Actuaci¨®n de Astilleros P¨²blicos para lograr una mejora categ¨®rica de nuestra posici¨®n competitiva. Plan que comporta un cambio de modelo industrial mediante la introducci¨®n de la estandarizaci¨®n y el seriado que permita la introducci¨®n selectiva, pero importante, de nueva tecnolog¨ªa. Una reorganizaci¨®n org¨¢nico-funcional de la DCN, con una mejor articulaci¨®n y complementaci¨®n territorial de las factor¨ªas y mayor descentralizaci¨®n operativa. Mejora en las condiciones de trabajo y actuaciones de choque en salud laboral, y un programa permanente de formaci¨®n profesional que d¨¦ soporte al desarrollo de los recursos humanos y facilite una m¨¢s eficaz utilizaci¨®n de los mismos, al tiempo que haga posible la asimilaci¨®n del cambio tecnol¨®gico.
El esfuerzo de investigaci¨®n y desarrollo, as¨ª como las nuevas l¨ªneas de acci¨®n comercial, se plantea en t¨¦rminos de colaboraci¨®n europea.
Se pretende entrar de lleno en un proceso continuo de mejora tecnol¨®gica que permita incrementar en un 50% la productividad en el periodo 1991-1992 y duplicarla al 31 de diciembre de 1995, pues de lo que se trata es de lograr beneficios en 1992 y ser capaces de mantener la rentabilidad en el futuro sin ayudas del Estado.
Ello comporta un importante esfuerzo inversor para la ejecuci¨®n del plan de actuaci¨®n, de alrededor de 13.000 millones de pesetas en dos a?os, y requiere sobre todo la asunci¨®n del mismo y la participaci¨®n activa de todos y cada uno de los 10.000 trabajadores de la DCN.
El plan de actuaci¨®n, sometido a negociaci¨®n con las centrales sindicales en los primeros meses de 1991, y los objetivos imperativos de mejora de la productividad y resultados definen el escenario de la negociaci¨®n del acuerdo marco firmado el 14 de junio por la DCN y los cinco sindicatos m¨¢s representativos -CC OO, UGT, CAT, CIG y ELA-STV-, con una vigencia temporal de dos a?os.
Este acuerdo articula y racionaliza la negociaci¨®n de los convenios colectivos para los 10 centros de trabajo.
Conjuga la introducci¨®n imperativa en los convenios de determinadas cl¨¢usulas pactadas a nivel superior, con la concreci¨®n de temas importantes en cada factor¨ªa, de acuerdo con su propia realidad.
Se garantiza un crecimiento real de las retribuciones mediante incrementos de 1,9 y 2 puntos sobre el ¨ªndice de precios al consumo de cada a?o del acuerdo. La jornada anual se sit¨²a en 1.700 horas para 1992, y se ratifica la voluntad compartida de superar conceptos asistenciales existentes en algunos convenios para adecuarlos a la realidad social, jur¨ªdica e institucional, como es el caso del compromiso de establecer un nuevo sistema de complementos de pensiones "m¨¢s acorde con el sistema legal y prev¨ªsional actual y con f¨®rmulas adecuadas de financiaci¨®n".
El cap¨ªtulo modular de este acuerdo, que concentr¨® el grueso de la negociaci¨®n, es sin duda el relativo a Organizaci¨®n del trabajo y mejora de la productividad. Ambas partes se manifiestan "conscientes de que la mejora continua de la productividad es la resultante de un conjunto de factores y medidas en los diferentes campos del proceso industrial, en el que intervienen la totalidad de los trabajadores de plantilla vinculados directa o indirectamente a la producci¨®n, y que todos deben recibir una compensaci¨®n proporcionada a su contribuci¨®n a la mejora lograda".
Se regulan de forma creativa y realista medidas tendentes a una m¨¢s flexible y eficaz utilizaci¨®n de los recursos humanos, a trav¨¦s de una mayor disponibilidad y polivalencia profesional, acordes con las nuevas formas de organizaci¨®n del trabajo. Se indica las factor¨ªas el establecimiento o mejora de f¨®rmulas flexibles de utilizaci¨®n de la jornada laboral pactada, por compensaci¨®n de tiempo por tiempo. Y se introducen nuevos criterios para mejorar los sistemas de incentivos existentes. "El cumplimiento de objetivos de plazo y presupuesto, tanto en las unidades intermedias como para la obra total", se convierte en principio rector, casi obsesivo, de toda la actividad productiva y de las pautas retributivas. Tambi¨¦n se revaloriza el concepto de calidad y se vincula al cumplimiento de objetivos de la producci¨®n la retribuci¨®n de personal no relacionado directamente con la misma.
Reducci¨®n de plantilla
La reducci¨®n de plantillas durante la reconversi¨®n (disminuci¨®n del 58%) ha dejado como secuela un serio desequilibrio en su composici¨®n profesional, agravada por el cambio de modelo industrial. S¨®lo el 61% son trabajadores directos de producci¨®n y subsisten importantes colectivos con cualificaciones inadecuadas. Este problema se pretende afrontar mediante la negociaci¨®n en cada astillero de "un plan de mejora de la productividad en el que se determinar¨¢ el n¨²mero, tipo y ritmo de las nuevas cualificaciones y especialidades a adquirir, los grupos implicados, as¨ª como los procedimientos y medidas para su ejecuci¨®n, y otras medidas complementarias que mejoren la productividad, la calidad, disminuyan el absentismo y faciliten la ¨®ptima utilizaci¨®n de los recursos humanos". Para su implantaci¨®n se dispondr¨¢ de un 1% de la masa salarial bruta de cada factor¨ªa.
Con este acuerdo se da un paso m¨¢s tras el objetivo de superar la vieja y escler¨®tica clasificaci¨®n gremial del sector, en coherencia con los nuevos sistemas de producci¨®n, verdadero nudo gordiano que contiene el avance acelerado de la productividad.
Por ¨²ltimo, destacar la ampliaci¨®n de la participaci¨®n de los trabajadores y de sus representantes sindicales en la formulaci¨®n, seguimiento y evaluaci¨®n, tanto a nivel de factor¨ªa como a trav¨¦s de comisiones en el ¨¢mbito de la DCN, en materias tan importantes como el control de la contrataci¨®n laboral, planes de nuevas profesiones y especialidades, salud laboral y formaci¨®n profesional. El incremento de la participaci¨®n individual y colectiva es consustancial a la mejor aplicaci¨®n de lo acordado. Firmado el acuerdo marco, es de esperar que en la negociaci¨®n de los convenios de factor¨ªas se trasladen sus premisas de forma coherente, de tal suerte que se convierta de verdad en un instrumento ¨²til para lograr que los astilleros p¨²blicos entren al fin en la normalidad.
Francisco S. L¨®pez Romito es director adjunto a la presidencia de AESA.
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