El trazado del Tour favorece a Bugno y Breukink
El Tour empieza hoy con un pr¨®logo de 5,3 kil¨®metros en Lyon. Un trazado suavizado por la organizaci¨®n, con vistas a promover al llamado corredor del futuro (hombres completos, buenos contrarrelojistas y aceptables escaladores), parece haber obsesionado a los favoritos, que buscan colocarse de amarillo lo antes posible. La t¨¢ctica general parece ser la de aprovechar cualquier kil¨®metro contra el crono. La ristra de pron¨®sticos coloca a la pareja BB (Bugno-Breukink) en lugar prominente, calificada por la Prensa francesa como la "nueva ola".
El propio LeMond parece sufrir cierto rechazo por su actitud tacana, aunque ¨¦l diga que est¨¢ "preparado paradar la batalla". Los espa?oles, entre tanto, sit¨²an en cartel candidatos de diverso cu?o, veteranos como Delgado y algo de nueva ola para ir con los tiempos, tendencia que personifican Indur¨¢in y Mauri.De la atm¨®sfera de las jornadas previas al Tour destaca un hecho aparentemente ins¨®lito: quien ha ganado la prueba en las dos ¨²ltimas ocasiones no es el n¨²mero uno en los pron¨®sticos. LeMond est¨¢ entre los favoritos, sin duda, pero est¨¢ calando la impresi¨®n generalizada de que este Tour est¨¢ reservado para el italiano Bugno o el holand¨¦s Breukink. Esta relativa unanimidad de criterios parece sorprendente, por cuanto el estado f¨ªsico de LeMond es bueno, el recorrido le beneficia tanto como a sus rivales, y porque ha demostrado ampliamente una inteligencia en carrera muy superior al resto.
LeMond no se inmuta por la unanimidad. Reconoce el potencial de los rivales, pero se muestra "preparado para dar la batalla". "No s¨¦ bien c¨®mo estoy de forma. Lo sabr¨¦ en la primera contrarreloj. Lo que s¨ª estoy es muy nervioso: tengo ganas de que esto empiece cuanto antes".
Los aspirantes, eso s¨ª, coinciden en su preparaci¨®n exclusiva y acuden al Tour casi sin palmar¨¦s en la presente temporada. Cada uno ofrece impresiones del otro, pero nadie se atiene a una estad¨ªstica s¨®lida. As¨ª, por ejemplo, LeMond no descarta a Delgado, aparentemente perjudicado por un recorrido poco monta?oso: "Todo el mundo me dice que Delgado hizo un mal Giro. No estoy de acuerdo. Me da la impresi¨®n de que est¨¢ muy bien preparado". Todos, sin embargo, concuerdan en la importanela de las contrarreloj.
Los espa?oles
Entretanto, los cuatro equipos espa?oles viven las jornadas previas bajo una presi¨®n muy diversa. Clas y Seguros Amaya carecen de responsabilidad y se plantean objetivos parciales. El ONCE insiste en darse a conocer durante la primera mitad de carrera, per¨ªodo para el que guarda sus mejores opciones, que son utilizar a Mauri, colocar corredores en la contrarreloj y tratar de ganar la etapa por equipos, un ¨¦xito que persiguen desde hace alg¨²n tiempo. A partir de ah¨ª, el horizonte es amplio y las alternativas bien diferentes: ganar etapas (Chozas es la opci¨®n cl¨¢sica) o colocar a los l¨ªderes (Marino Lejarreta y Melchor Mauri).
La victoria final vuelve a ser responsabilidad ineludible del Banesto. Es una condici¨®n natural de este equipo, creado para tal fin. Su director, Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri, propone como novedad un liderazgo compartido entre Delgado e Indur¨¢in, pero va a tener que resistir la presi¨®n de los franceses hacia Bernard, un corredor imprevisible, y al que tratan de convertir en la mejor alternativa local para la victoria. Son muchas opciones, demasiadas, para como est¨¢n las cosas por el pelot¨®n internacional.
Ech¨¢varri se ha propuesto jugar con el recorrido y que sea, como suele decirse, la carrera la que vaya marcando las jerarqu¨ªas. "Yo dividir¨ªa este Tour en cuatro partes. La primera la van a marcar las contrarrelojes y la segunda llega hasta Val Louron (final de los Pirineos). Y a partir de ah¨ª, veremos". Alpes y tramo final son las otras dos partes del particular Tour de Ech¨¢varri, que parece decidido a llegar a ellas con la pir¨¢mide resuelta: o Delgado, o Indur¨¢in, o Bernard. O quien sabe si ninguno de los tres. Esta responsabilidad m¨¢xima obliga a Banesto a rechazar otras posibilidades, como los triunfos de etapa o alguna clasificaci¨®n secundaria.
La contrarreloj, por tanto, es la obsesi¨®n inicial. Luego, vendr¨¢ la t¨¢ctica si da pie a ello. As¨ª Delgado manifiesta haber preparado este tipo de pruebas m¨¢s que otras veces, lo que no quita para que el Banesto haya observado sobre el terreno la dureza de algunas etapas monta?osas.
Y las contrarreloj son los objetivo naturales del ONCE: "Mauri tiene la obligaci¨®n moral y deportiva de disputar el pr¨®logo. Est¨¢ en un buen momento. Lo que no s¨¦ es si tendr¨¢ la suficlente tensi¨®n como para correr el Tour". El ONCE dispone de cuatro corredores para intentar el asalto al primer maillot amarillo (Villanueva, D¨ªaz Zabala, Mauri y Hodge).
Quien m¨¢s, quien menos, hace sus c¨¢balas. Es natural que cada cual piense que el Tour es susceptible de un reparto generoso. Lo malo es que el Tour suele ser cruel con los pronosticadores. Queda por ver si la organizaci¨®n logra sus prop¨®sitos, lo que a?ade morbo al asunto.
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