Aut¨¦ntica ense?anza

Me llama la atenci¨®n la poca fe de los obispos espa?oles y de la Concapa, que tan convencidos parecen de que s¨®lo el palo y la zanahoria pueden inducir a sus fieles a inscribir a sus hijos en la asignatura de religi¨®n. Como catedr¨¢tica de franc¨¦s, llevo anos impartiendo en COU un segundo idioma con car¨¢cter optativo, fuera de horario, sin calificaci¨®n acad¨¦mica y sin incidencia en la nota media del alumno. Y debo decir que no s¨®lo no me he dolido por ello ni he considerado mi asignatura preferida; antes bien, son a estas horas de clase a las que asisto con mayor afici¨®n y confianza en m¨ª y en los alumnos, ya que ¨¦stos acuden a ellas por su propia voluntad, sin obligaci¨®n ninguna, por gusto y sin la coacci¨®n del examen, el temor de la mala nota o el caramelo de la buena. En estas clases es donde se puede ejercer la ense?anza aut¨¦ntica, puesto que s¨®lo el af¨¢n de aprender motiva la presencia de los alumnos.Debe de ser que tengo yo m¨¢s seguridad en el inter¨¦s y el provecho del franc¨¦s que los obispos y la Concapa en el inter¨¦s y el provecho de la religi¨®n, que, est¨¢ visto, no parece poder prescindir de los componentes de temor, impos ici¨®n, premio y castigo. Ellos sabr¨¢n lo que hacen. Si no se f¨ªan ni de sus fieles, por algo ser¨¢... 0 quiz¨¢ es que s¨®lo la cruzada de turno, la inquisici¨®n del momento les permite seguir existiendo- .