La moda del cambio

El negro empieza a ceder el paso al gris, el verde, el marr¨®n, e incluso hasta el mostaza, entre las iran¨ªes m¨¢s atrevidas. La presencia de las mujeres en las calles de Teher¨¢n -m¨¢s destacada de lo que una se espera bajo las rigurosas normas isl¨¢micas-, se aleja d¨ªa a d¨ªa de la monoton¨ªa repetitiva del chador (el manto -que cubre de la cabeza a los pies) en favor del modelo turco de pa?uelo y gabardina.Tales innovaciones externas constituyen, a decir de extranjeros residentes en la capital iran¨ª, un verdadero term¨®metro de los aires de cambio que soplan sobre la rep¨²blica isl¨¢mica. Nahid Iktodai, una encantadora funcionaria del Ministerio de Cultura y Orientaci¨®n Isl¨¢mica, me explica que el chador es un atav¨ªo tradicional de las mujeres iran¨ªes y que la religi¨®n no exige de forma estricta que se utilice.

"Una ropa decorosa, con un pa?uelo y un guardapolvo que cubra las formas del cuerpo, conforma los dictados del islam", me explica, enfundada en su manto negro, que oculta gran parte de su belleza y le hace parecer varios a?os mayor. "Antes no lo llevaba, fue una decisi¨®n que tom¨¦ hace seis a?os tras o¨ªr al imam Jomeini decir que, aunque no obligatorio, era mejor" explica.

Con una educaci¨®n esmerada y un exquisito dominio del ingl¨¦s, Nahid no es en absoluto una fan¨¢tica ciega y desconocedora del mundo exterior. Se considera a s¨ª misma una mujer religiosa, pero eso no le impide tener una visi¨®n bastante flexible de la vida. Bajo el chador viste moderna, pero sin estridencias. Para ella, se trata m¨¢s de expresar una opci¨®n pol¨ªtico-social que de una verdadera imposici¨®n, aunque termina confesando que con el calor del verano se le hace duro de llevar