Antidepresivos

Le escribo en respuesta a la carta del 28 de junio del se?or Alfonso Pastora, de Madrid:Este se?or, indignado con Ios abusos que la psiquiatr¨ªa realiza en nombre de la salud mental", propone investigaciones sobre los efectos secundarios de los antidepresivos, y particularmente del llamado Prozac, pregunt¨¢ndose si estas "drogas" est¨¢n relacionadas con "esos ataques de locura y asesinatos masivos y terribles que solemos ver en la televisi¨®n y peri¨®dicos". Bien. Pienso que, desgraciadamente, desde que el hombre existe, no ha necesitado para matar a su pr¨®jimo m¨¢s drogas que el patriotismo, el af¨¢n de conquista, la envidia, elodio, el pasear a la bestia que todos llevamos dentro, la experimentaci¨®n militar, etc¨¦tera, la lista es larga.

Por otra parte, citar¨¦ mi experiencia: sufr¨ª una depresi¨®n nerviosa durante seis meses, de la cual ni siquiera me enter¨¦, imputando el infierno continuo que viv¨ªa a razones ps¨ªquicas. Afortunadamente, cuando ya me levantaba todas las noches con la idea de tirarme por la ventana para acabar con mi dolor, tuve un arranque y acab¨¦ en la consulta de una psiquiatra. Pues, al poco tiempo de someterme a tratamiento con el famoso Prozac, me cur¨¦ del todo, sin ningunas reacciones adversas. Nunca he sido una pros¨¦lita de la psiquiatr¨ªa, ni mucho menos, pero tengo que expresar mi agradecimiento a una "droga" que me libr¨® de una sala de torturas en la que no deseo que caiga el se?or Pastora-