"Temo la divisi¨®n de Am¨¦rica Lat¨ªna entre unos pa¨ªses pr¨®speros y otros marginados"
Para Rosenthal, la d¨¦cada perdida de los ochenta ha ense?ado una dolorosa lecci¨®n a Am¨¦rica Latina: la imposibilidad de seguir adelante con su aislacionismo y la necesidad de enfrentarse a un mundo altamente competitivo.Pregunta. ?Qu¨¦ es lo que ha cambiado para Am¨¦rica Latina en la d¨¦cada de los noventa?
Respuesta. La regi¨®n, en los a?os ochenta, se encontr¨® ante un triple embate: los precios de sus productos b¨¢sicos estaban deprimidos en los mercados internacionales, con unos t¨¦rminos de intercambio comercial muy deteriorados; un elevado nivel de endeudamiento y altas tasas de inter¨¦s, y una falta de acceso a nuevas fuentes de financiaci¨®n. Todo ello fue desastroso para la regi¨®n y se tradujo en un ajuste econ¨®mico desordenado. Hay algunos pa¨ªses que han sabido asumir este ajuste, como M¨¦xico, Chile y Uruguay; eso s¨ª, a un coste social alt¨ªsimo, mucho m¨¢s all¨¢ de lo que hubiera sido necesario. Pero lo asimilaron al final y ahora est¨¢n en una nueva plataforma para crecer.
P. ?Hay alg¨²n temor a que estos pa¨ªses que ya han avanzado en su reforma econ¨®mica y apertura comercial den la espalda a, los que se quedan detr¨¢s?
R. S¨ª, existen dos temores. El primero es que M¨¦xico, al acercarse a Estados Unidos con la creaci¨®n de una zona de libre comercio en Am¨¦rica del Norte, d¨¦ la espalda a Am¨¦rica Latina. Las autoridades mexicanas han hecho un gran esfuerzo por disipar estos temores. La experiencia demuestra que los acuerdos comerciales entre Estados Unidos y el Caribe, Venezuela o Centroam¨¦rica son compatibles con sus relaciones con Am¨¦rica Latina. El segundo es un temor que yo tengo , y es el de ver surgir un grupo de pa¨ªses que han avanzado en la senda del ajuste y que est¨¦n en condiciones de hablar en serio de acercarse a una zona de libre comercio con Estados Unidos, y temo que, al haber otro grupo de pa¨ªses que no lo han hecho, Am¨¦rica Latina se divida en dos o en m¨¢s de dos. Entre los pa¨ªses con posibilidad de acceder al mundo moderno y aquellos que no la tienen, y esto ser¨ªa muy grave para nosotros.
P. ?C¨®mo se podr¨ªa evitar esta escisi¨®n?
R. Creo que todos los Gobiernos de la regi¨®n, los organismos multilaterales y los pa¨ªses que .cooperan con Am¨¦rica Latina van a tener que ayudar para que eso no ocurra, para que el atractivo de incorporarse al mundo no se convierta a la postre en una fuente divisiva en el interior de la regi¨®n. Hay que conseguir que la integraci¨®n al mundo sea genuinamente compatible con la integraci¨®n latinoamericana.
P. Pero M¨¦xico podr¨ªa mediar en este caso por los intereses de Latinoam¨¦rica ante EE UU.
R. Yo creo que s¨ª. En tres o cuatro a?os, aquellos que creen que M¨¦xico, al acercarse a Estados Unidos, tiene que darle la espalda a Am¨¦rica Latina se dar¨¢n cuenta de que no es as¨ª. La experiencia con Espa?a y su posible mediaci¨®n con la Comunidad Europea ofrece de alguna manera un antecedente en la relaci¨®n de M¨¦xico con EE UU al demostrar la compatibilidad de mantener relaciones con ambos bloques. .
P. ?Am¨¦rica Latina se ha sentido apoyada por Espa?a en todo este proceso de ajuste?
R. Yo le dir¨ªa, con toda franqueza, que hay sentimientos encontrados sobre el papel que puede desempe?ar Espa?a como mediador de Am¨¦rica Latina ante la CE. La visi¨®n positiva es que Espa?a, por sus v¨ªnculos hist¨®ricos y culturales, puede ayudar a la regi¨®n a tener un mejor entendimiento con la CE. Lo que creo que ya se est¨¢ empezando a cumplir. La otra idea es que Espa?a nos da la espalda al tener las manos llenas con su plena integraci¨®n en la CE. Yo creo que ¨¦sta era la actitud hace dos a?os, pero desde entonces le damos cr¨¦dito a la primera hip¨®tesis, m¨¢s favorable.
P. A medida que Am¨¦rica Latina avanza en este proceso de apertura y se consigue una mayor convergencia econ¨®mica entre los pa¨ªses de la regi¨®n, ?est¨¢ prevista la creaci¨®n de un mercado com¨²n?
R. Yo dir¨ªa que s¨ª. Aunque nadie est¨¢ planteando por el momento hacer un mercado com¨²n de alcance latinoamericano. Lo que est¨¢ surgiendo son dos cosas. Primero, una serie de compromisos de comercio m¨¢s abiertos inspirados en la proximidad geogr¨¢fica. Tal es el caso de Mercosur, el mercado andino, Centroam¨¦rica o el Caribe. Y segundo, las asociaciones basadas en la afinidad de la gesti¨®n macroecon¨®mica. M¨¦xico con Chile, por ejemplo; Chile con Venezuela, Chile con Colombia, M¨¦xico con Venezuela, pa¨ªses que exploran con mayor inter¨¦s la posibilidad de aproximarse a Estados Unidos y Canad¨¢ en el marco de la llamada Iniciativa para las Am¨¦ricas. De manera que hay sobre la mesa un conjunto de ideas que apuntan a la creaci¨®n de una zona de libre comercio que puede incluir a Norteam¨¦rica.
P. ?Por qu¨¦ est¨¢ EE UU tan interesado en sacar adelante la Iniciativa de las Am¨¦ricas?
R. Bueno, hay dos interpretaciones. Una m¨¢s c¨ªnica que dir¨ªa que ante el surgimiento de dos polos tan din¨¢micos como son Jap¨®n y los pa¨ªses del sureste asi¨¢tico, por un lado, y la Comunidad Europea, por otro, Estados Unidos est¨¢ buscando alg¨²n tipo de asociaci¨®n preferencial con Am¨¦rica Latina, como un mecanismo de defensa. La versi¨®n ofiicial de la Administracion del presidente Bush es que la Iniciativa de las Am¨¦ricas tiene que ser compatible con las expectativas de liberalizaci¨®n comercial que se persiguen en la Ronda Uruguay y en las conversaciones multilaterales del GATT.
P. ?Cu¨¢les son las exigencias estadounidenses para participar en esta iniciativa?
R. La Iniciativa de las Am¨¦ricas va condimentada con un alto nivel de condicionalidad sobre el comportamiento econ¨®mico de cada pa¨ªs para siquiera acceder a ella. Una econom¨ªa con. alta inflaci¨®n y muchas barreras arancelarias no puede pretender integrarse con pa¨ªses de una gran disciplina en las variables macroecon¨®micas y con bajos niveles de protecci¨®n comercial. Por eso, pa¨ªses que han avanzado en el ajuste que tienen un gran inter¨¦s de acercarse al mercado del Norte, y con raz¨®n. Que M¨¦xico pase en tres a?os de una protecci¨®n comercial (licencias a las importaciones) del 100% a una del 10% es significativo. Dar el paso hacia el arancel cero con EE UU ya no cuesta tanto.
Distribuir riqueza
P. Usted ha mostrado en repetidas ocasiones su preocupaci¨®n por compatibilizar desarrollo econ¨®mico con equidad. ?C¨®mo se puede conseguir que la expansi¨®n de los noventa beneficie a todos los sectores de la sociedad latinoamericana?
R. El tal¨®n de Aquiles del desarrollo latinoamericano ha sido precisamente ¨¦ste. Incluso en ¨¦pocas en las que la regi¨®n crec¨ªa una media del 5% al 6% anual, no logr¨® erradicar inmensos bolsones de pobreza ni logr¨® mejorar una estructura distributiva muy desigual. A principios de los a?os ochenta, todav¨ªa m¨¢s del 40% de la poblaci¨®n viv¨ªa bajo el umbral de la pobreza absoluta. Este panorama lleg¨® incl¨²so a empeorar durante la recesi¨®n de la d¨¦cada pasada, y la gran pregunta ahora, a medida que salimos de la recesi¨®n, es c¨®mo combatir la pobreza que afecta a 200 millones de latinoamericanos. No hay respuestas f¨¢ciles. Crecer es necesario, pero no suficiente. Se pueden hacer mejor¨ªas en el ¨¢mbito de la pol¨ªtica social, pero son aproximaciones. Conciliar crecimiento con equidad es una cuesti¨®n que no tiene respuestas absolutas y vamos a tener que ir improvisando un poco. No podemos sentirnos satisfechos de llegar al a?o 2000 con un crecimiento econ¨®mico estable y el 50% de la poblaci¨®n viviendo en condiciones de pobreza. Es el principal desaf¨ªo.
Deuda, salidas y entradas de capital
Pregunta. ?Con qu¨¦ capital satisfar¨¢ Am¨¦rica Latina sus aspiraciones para competir?
Respuesta. La soluci¨®n que estaba m¨¢s a mano en los ochenta era el alivio a la deuda externa, cosa que no se logr¨® suficientemente hasta que se inici¨® el Plan Brady, ya muy tarde. Si se hubieran atendido las reivindicaciones de financiaci¨®n a principios de los ochenta, la regi¨®n podr¨ªa haber tenido, un ajuste menos traum¨¢tico, que nos hubiera evitado una recesi¨®n tan profunda.
P. ?Desincentivar¨¢ este nuevo clima de estabilidad pol¨ªtica y econ¨®mica la fuga masiva de capital?
R. S¨ª, el comportamiento del capital, tanto nacional como extranjero, es proc¨ªclico. Si Am¨¦rica Latina pone en orden su casa y vuelve a crecer, ser¨¢ una regi¨®n susceptible tanto a inversi¨®n directa como a la repatriaci¨®n del capital que sus propios ciudadanos fugaron en la ¨¦poca de vacas flacas. Es algo que est¨¢ pasando ya en M¨¦xico. El problema es que se. plantea el dilema del huevo y la gallina, porque para lograr estabilidad lo primero que se necesita es acceso a capital. Por eso la regi¨®n ha insistido tanto en resolver el problema de la deuda (430.000 millones de d¨®lares) y en acceder a financiaci¨®n oficial.
P. ?La CEPAL ve con temor el desv¨ªo de capital hacia Europa del Este en una d¨¦cada que comienza con escasez de recursos financieros?
R. S¨ª, hay preocupaci¨®n, pero yo creo que en los pr¨®ximos a?os se revelar¨¢ el potencia? de crecimiento de Am¨¦rica Latina. No creo en la tesis de la Europa fortaleza, y me parece que pensar que la integraci¨®n de los pa¨ªses de Europa de] Este significa un competidor en la captaci¨®n de recursos revela una visi¨®n muy a corto plazo. Yo creo que a la larga esto va a ser una nueva fuente de dinamismo comercial en el mundo, de la que Am¨¦rica Latina tambi¨¦n se beneficiar¨¢ indirectamente.
P. ?No hay ning¨²n interrogante en todo este clima de bonanza?
R. En primer lugar, el trasfondo geopol¨ªtico es favorable. En segundo, Am¨¦rica Latina tiene mayor conciencia de c¨®mo enfrentarse a un mundo altamente competitivo. En tercero, las proyecciones de1a OCDE indican que los noventa pueden ser un periodo de relativa bonanza para la regi¨®n. S¨ª hay alg¨²n interrogante. ?Qu¨¦ es lo que pasar¨¢ en la URSS? ?Podr¨¢ el mundo movilizar los recursos necesarios? Yo creo que s¨ª.
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