Rom¨¢n Perpi?¨¢, un se?or y un economista
Rom¨¢n Perpi?¨¢ o Rom¨¢ Perpiny¨¢ i Grau, seg¨²n la lengua en que escribiera, ha sido un economista de cuando serlo era una especie ins¨®lita, y que lo continu¨® siendo con fuerza cuando empez¨® a aclimatarse la especie a partir de 1944.Nacido en Reus en 1902, tuvo siempre el aire de un comerciante internacional, su padre lo era, a punto de desembarcar. Pas¨® en los pen¨²ltimos a?os de su vida situaciones que hubieran debido de afectar a su porte, pero no qued¨® afectada su elegancia.
Su formaci¨®n como economista tuvo lugar en la Universidad Comercial de Deusto a partir de 1918. Sin embargo, su singularidad proven¨ªa de una filosof¨ªa propia con una terminolog¨ªa por ¨¦l mismo fabricada, que ten¨ªa sus ra¨ªces en la tradici¨®n cristiana y en la greco-latina. Hablaba un catal¨¢n espl¨¦ndido que le permit¨ªa pronunciar correctamente en castellano Balladolid o Yave. Todo este conjunto, afable y distanciador, proporcionaba la impresi¨®n de un cosmopolita pluriling¨¹e con un anclado mundo interior.
Sus obras econ¨®micas han pasado la mejor prueba, el no ser olvidadas. Su principal obra fue publicada en alem¨¢n en 1935, siendo editada, con el nombre De econom¨ªa hispana, en 1936, 1952, 1972 y 1982.
En sus ¨²ltimos a?os ha tenido la alegr¨ªa de ver recogidos sus mejores textos en castellano en De econom¨ªa cr¨ªtica (1930-1936), en Valencia (1982), y los catalanes en D'econom¨ªa catalana ? mundial (1926-1986), en Barcelona (1989). Segu¨ªa las ediciones con pulcritud y atenci¨®n.
Paralelamente le fueron dedicados dos vol¨²menes de homenaje por la Universidad de Valencia, por la que fue nombrado doctor honoris causa en 1981 y por la de Barcelona en 1982. Recibi¨® tambi¨¦n el primer Premio Pr¨ªncipe de Asturias de ciencias sociales. Economistas como Juan Velarde, Fuentes Quintana, Fabi¨¢n Estap¨¦, Garc¨ªa Delgado, Jordi Palafox, Mart¨ªnez Est¨¦vez o Alfonso Almendros son los que con su atenci¨®n han ayudado a que sus valores ciertos no fueran olvidados. A ellos tambi¨¦n un recuerdo.
Perpi?¨¢ o Perpiny¨¢ ampli¨® estudios en Kiel, aunque lo hizo tambi¨¦n en Francfort y en Berl¨ªn. Se doctor¨® en 1929 con una densa tesis sobre Sociedades de promoci¨®n de empresas en Alemania. Asesor¨® a Camb¨® en la Conferencia Econ¨®mica Internacional de Ginebra (1927). Y en la CHADE gan¨® la plaza de director del primer centro de estudios econ¨®micos espa?ol fundado en Valencia, cargo que ejerci¨® entre 1929 y 1941, donde desarroll¨® una inmensa labor. La secuencia Reus-Valencia no pod¨ªa llevar al proteccionismo aut¨¢rquico, sino a una posici¨®n abierta hacia el mercado internacional. Pese a ello, en 1941 entr¨® en el Consejo de Econom¨ªa Nacional, donde mor¨® durante a?os, as¨ª como en el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas.
Jubilaci¨®n inexistente
Vivi¨® en la Residencia de Estudiantes, donde se fundi¨® en el paisaje de tantas remembranzas. Era ah¨ª donde no tom¨® postres durante unos pocos a?os para poder invitar a alguien a comer. Solter¨®n, viv¨ªa desprendiendo un cierto aroma de quien conserva un amor no realizado en su juvenil Bilbao. Intent¨® ingresar en la primera Facultad de Ciencias Econ¨®micas, pero no super¨® su envite con Jos¨¦ Luis Sampedro. Fue ¨¦sta la raz¨®n por la que la jubilaci¨®n era casi inexistente hasta que el ministro Maravall y el decano Argem¨ª hicieron, simplemente, lo que deb¨ªan.
No podemos convertir estos p¨¢rrafos en un repertorio bibliogr¨¢fico; sin embargo, algunos t¨ªtulos, adem¨¢s de los citados, indican ya bastante sobre la tem¨¢tica de su obra: La crisi del Priorat (1928 y cinco reediciones), L'inter¨¦s col.lectiu econ¨°mic a Catalunya i Val¨¨ncia (1932), De colonizaci¨®n y econom¨ªa en la Guinea espa?ola (1945), La crisis de la econom¨ªa liberal (1954), Corolog¨ªa. Teor¨ªa estructural y estructurante de la poblaci¨®n de Espa?a (1954), Origen y ocaso de las talasocracias (1965) o De lo liberal y de los pueblos (1975). Un denominador com¨²n de toda su obra fue la utilizaci¨®n del concepto de estructura, proporcion¨¢ndole una visi¨®n din¨¢mica.
Nuestro economista conced¨ªa una gran importancia a la infraestructura natural, por lo que fue se?alado como un determinista geogr¨¢fico por parte de Pierre Vilar. La disposici¨®n natural era la que marcaba la distribuci¨®n de la poblaci¨®n, as¨ª como de la actividad econ¨®mica. La pol¨ªtica econ¨®mica puede alterar y altera la realidad social. En Espa?a se hab¨ªan constituido b¨¢sicamente dos espacios. El espacio central es b¨¢sicamente agrario, extensivo, con una perla del desierto que es Madrid, mientras que el perif¨¦rico es industrial, minero y con una agricultura intensiva. La zona perif¨¦rica es la que origina el flujo de exportaciones hacia un comercio mundial con una demanda muy el¨¢stica y, por tanto, con muchos altibajos, Las importaciones, en cambio, son muy inel¨¢sticas y, por tanto, imprescindibles. Si las exportaciones caen, lo har¨¢ tambi¨¦n la capacidad de importar y la demanda interna, lo que repercutir¨¢ en la industria. De esta manera, una econom¨ªa muy protegida del exterior depend¨ªa en realidad estrat¨¦gicamente del mercado internacional.
Para Perpi?¨¢, este aislamiento -limitado- del exterior proven¨ªa de la agricultura de la meseta, que por v¨ªa de los costes obligaba al proteccionismo industrial. Ante esto era necesario forzar para abrir la econom¨ªa espa?ola. En esta ocasi¨®n ten¨ªa inter¨¦s la agricultura exportadora, y la industria. De ah¨ª, por ejemplo, que Valencia y Catalu?a tuvieran contra lo aparente intereses econ¨®micos comunes.
Una larga vida de trabajo, de intensidad intelectual, de cierta excentricidad que ser¨¢ recordada en lo que escribi¨®, que es lo que construy¨® para que le sobreviviera. En sus palabras y en nuestras estimaciones.
es catedr¨¢tico de Historia del Pensamiento Econ¨®mico y rector de la UIMP.
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