"El hombre no esta gen¨¦ticamente adaptado a las grandes urbes"
MAIKA S?NCHEZ, "La gen¨¦tica es una ciencia m¨¦dica todav¨ªa muy joven", explica S¨¢nchez Cascos, "y su campo de investigaci¨®n es infinito. Actualmente sabemos que todas las enfermedades tienen una base gen¨¦tica, incluidas las infecciones. Los factores externos son s¨®lo el desencadenante, puesto que, si la persona no est¨¢ gen¨¦ticamente predispuesta, la enfermedad no aparece. Esto nos explica por qu¨¦ entre grupos de individuos que se desenvuelven en an¨¢logas condiciones de vida unos desarrollan ciertas enfermedades y otros no".
Un ejemplo bastante Ilustrativo ser¨ªa el del c¨¢ncer de pulm¨®n y los fumadores. Si est¨¢ demostrada cient¨ªficamente la relaci¨®n entre el tabaco y el c¨¢ncer de pulm¨®n, ?por qu¨¦ no todos los fumadores llegan a sufrir al cabo de los a?os este tumor? As¨ª, est¨¢n descritos casos de fumadores empedernidos que mueren a edades muy avanzadas sin que el c¨¢ncer haya hecho aparici¨®n en sus pulmones.
Elementos hostiles
S¨¢nchez Cascos advierte que la predisposici¨®n gen¨¦tica a padecer determinadas enfermedades no significa que ¨¦stas se encuentren inscritas en nuestros genes: "Cada uno de los 100.000 genes que aproximadamente tenemos los humanos fabrica unas prote¨ªnas, y ¨¦stas son las responsables de que, en un determinado momento, enloquezcan y puedan provocar la aparici¨®n de una enfermedad".
En cuanto a los factores externos que, junto a la predisposici¨®n gen¨¦tica, precipitan la enfermedad, S¨¢nchez Cascos cita el conjunto de elementos hostiles que supone el modo de vida de las grandes concentraciones urbanas. Seg¨²n este genetista, el hombre es un ser que vive en un ecosistema que secularmente estaba constituido por peque?os grupos de poblaci¨®n.
"En esta segunda mitad del siglo XV", a?ade, "las ciudades han empezado a ejercer un magnetismo que ha provocado grandes movimientos migratorios del entorno rural al urbano. Esto propicia hacinamientos de poblaci¨®n, que resultan sumamente hostiles para el individuo, porque no est¨¢ gen¨¦ticamente adaptado al nuevo estilo de vida".
As¨ª aparecen, seg¨²n se?ala este experto, patolog¨ªas como la obesidad, la diabetes, la hipertensi¨®n y la hipercolesterolemia o colesterol elevado, tan caracter¨ªsticas de las sociedades urbanas e industrializadas. "A ellas hay que a?adir", dice, "un amplio abanico de trastornos mentales".
Igualdad gen¨¦tica
En palabras de S¨¢nchez Cascos, no existen personas gen¨¦ticamente fuertes o superiores a otras, y otras que se encontrar¨ªan en el extremo contrario. "El hecho de que unos sujetos contraigan m¨¢s enfermedades que otros", aclara, "no indica una superioridad o inferioridad gen¨¦ticas. La raz¨®n es que todos los humanos somos gen¨¦ticamente diferentes; en esto, el concepto de igualdad no existe".
Los conocimientos actuales de esta ciencia m¨¦dica son de gran utilidad para el diagn¨®stico prenatal de alteraciones gen¨¦ticas como el s¨ªndrome de Down o mongolismo, la fibrosis qu¨ªstica -llamada. enfermedad de Duchenne- y otros trastornos cromos¨®micos, seg¨²n explica S¨¢nchez Cascos, pionero en Espa?a de estas t¨¦cnicas al crear en 1962 el primer laboratorio de gen¨¦tica humana en la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz.
Desde esa fecha, este genetista, que tambi¨¦n es catedr¨¢tico de la Universidad Aut¨®noma de Madrid y jefe asociado de cardiolog¨ªa de la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz, est¨¢ realizando un amplio estudio sobre cardiopat¨ªas cong¨¦nitas (enfermedades del coraz¨®n) en una poblaci¨®n de 3.000 familias espa?olas.
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