Major, a la defensiva

JOHN MAJOR, el primer ministro brit¨¢nico, se las promet¨ªa muy felices antes de iniciar sus pl¨¢cidas y merecidas vacaciones espa?olas. La cumbre londinense de los siete grandes, a mediados de julio, le ofrec¨ªa una excelente oportunidad para erigirse ante el electorado corno un aut¨¦ntico estadista, capaz de codearse con los l¨ªderes mundiales, y librarse as¨ª de la ominosa sombra de su ilustre antecesora, la carism¨¢tica Margaret Thatcher. Pero nada ha sucedido seg¨²n lo previsto, y, ni siquiera la estudiada baza de la Carta del Ciudadano ha servido para enderezar la situaci¨®n. Justo al concluir la cumbre se desataron dos esc¨¢ndalos que han devuelto a Major a una inc¨®moda posici¨®n defensiva. El primero, ha sido el sonado naufragio del Bank of Credit and Commerce International (BCCI). John Major ha tenido que comparecer ante la C¨¢mara de los Comunes, en su calidad de primer ministro -y ex ministro de Finanzas-, para prometer una investigaci¨®n p¨²blica en la que "nada ni nadie" ser¨ªa ocultado. La investigaci¨®n ha comenzado, pero es secreta, no p¨²blica. Los diputados y la opini¨®n p¨²blica brit¨¢nica tierien la creciente impresi¨®n de que se intenta echar tierra sobre el asunto y ocultar "algo o alguien". Scofland Yard sab¨ªa hace ya seis a?os que el BCCI era un refugio de criminales. Las autoridades monetarias britiinicas ten¨ªan todos los datos en la mano hace m¨¢s de un a?o. Y, sin embargo, Major no se enter¨® de nada. Ni como ministro de Finanzas ni como jefe del Gobierno. Una ignorancia insostenible.

El problema del FICCI estaba en pleno auge cuando, hace una semana, otro esc¨¢ndalo revent¨® en las manos de Major. El Reino Unido hab¨ªa estado vendiendo material b¨¦lico a Irak hasta el 5 de agosto de 1990. Es decir, Sadani Husein se hab¨ªa anexionado ya Kuwait, y las empresas brit¨¢nicas segu¨ªan suministrando los componentes qu¨ªmicos para su siniestro arsenal de gas mostaza y los materiales que necesitaba para su programa nuclear. Del propio partido de Major han brotado acerbas cr¨ªticas ante esta revelaci¨®n. El ministro de Industria y Corriercio, Peter L¨ªlley, se ha comprometido a facilitar una informaci¨®n exhaustiva sobre el asunto esta misma semana.

La hip¨®tesis de un.a convocatoria electoral anticipada parece ahora muy improbable. Las ¨²ltimas encuestas mantienen a los laboristas por delante, aunque el margen (4,4 puntos) sea ligeramente menor que el de hace un mes (5,1 puntos), lo cual es m¨¢s bien atribuible a los errores laboristas. As¨ª las cosas, los estrategas conservadores parecen anclados en una actitud defensiva. La situaci¨®n del pa¨ªs, desmoralizado por una profunda recesi¨®n econ¨®mica, no permite, desde luego, actitudes petulantes. Pero los conservadores, hu¨¦rfanos de la Thatcher, empiezan a coquetear con el derrotismo. Las elecciories deben convocarse, lo m¨¢s tarde, para el pr¨®ximo mes dejunio. Las perspectivas de los conservadores -13 a?os ya en el poder- son oscuras si su m¨¢ximo representante, John Major, no logra adquirir el car¨ªsma que hasta ahora le ha faltado y no retorna la iniciativa pol¨ªtica tras sus vacaciones abulenses.