El Ayuntamiento quita los bancos de la plaza de Benavente para expulsar a los 'yonquis'
Jacinto Benavente es, desde el mi¨¦rcoles, una plaza sin bancos, despu¨¦s de que el concejal-presidente de la Junta Municipal de Centro, Angel Matanzo, ordenara su retirada para evitar que en ellos "se concentren toxic¨®manos y camellos ". La medida, solicitada por comerciantes y vecinos de la zona, es la primera de una ofensiva contra la venta de droga en esta plaza cercana a Sol, donde desde hace a?os se ejerce la prostituci¨®n.
El segundo asalto consistir¨¢ en fumigar los jardines con azufre y zotal para expulsar de ellos a los que utilizan la zona verde para pincharse o dormir despu¨¦s del chute. Matanzo afirma estar dispuesto, si es preciso, "a animar a toda esta gente a que viaje fuera de Madrid, porque viajar es bueno y, adem¨¢s, ya lo hacen cuando llegan al foro desde Sevilla o Barcelona".La plaza de Jacinto Benavente ha sido desde hace a?os uno de los v¨¦rtices de la prostituci¨®n callejera junto a la de Ballesta, Montera, Carretas y la adyacente calle de la Cruz.
"Las mujeres", asegura uno de los propietarios de la cafeter¨ªa de la plaza, "ven¨ªan a ejercer su profesi¨®n, pero no exist¨ªa el deterioro actual. Desde hace unos meses, a partir de las ocho .de la tarde, la zona se convierte en una reuni¨®n de camellos de todas las nacionalidades. Ahora, sin los bancos, al menos no se apalancar¨¢n aqu¨ª", a?ade.
'Pinch¨¢ndose' en plena calle
En los jardines, junto a la delegaci¨®n de Hacienda, comparten espacio un grupo de prostitutas veteranas, otro de mirones, m¨¢s veteranos a¨²n, y varios toxic¨®manos y camellos. A falta de bancos, el personal permanece semitirado en el suelo o recostado en las barandillas del aparcamiento subterr¨¢neo.Una prostituta joven, apostada en un quiosco de helados, se queja: "Desde que llegaron las yonkis (toxic¨®manas), no hay nada que hacer; los clientes salen huyendo convencidos de que todas les vamos a robar la cartera cuando subamos con ellos a la habitaci¨®n".
Otra compa?era suya no deja de lamentarse de la desaparici¨®n de los bancos. "Hemos pagados justos' por pecadores", se?ala.
Candela Gonz¨¢lez, de 60 a?os, regenta un quiosco de chucher¨ªas desde hace tres a?os. "El negocio no iba bien, pero con este ambiente ha empeorado; aunque tambi¨¦n es verdad que las mujeres de la calle son casi mis principales clientas", explica Candela, y a?ade: "Nunca me han agredido. Los yonkis me piden dinero y yo les digo que se lo ganen como cualquiera; pero hay que andar con cien ojos y tener la puerta medio cerrada".
"Aqu¨ª todos cerramos las puertas, y al salir del trabajo para coger el autob¨²s miramos bien para que no nos atraquen", cuenta el camarero de una cervecer¨ªa.
La due?a de una droguer¨ªa tradicional en la zona recuerda: "Hace poco, un chulo empez¨® a pegar a una de las mujeres, la insultaba y, golpe va y golpe viene, tuvieron que reducirle entre tres; pero nunca me han atracado".
El encargado de la taquilla del aparcamiento subterr¨¢neo asegura que en el subsuelo "no pasa nada", pero que sabe que por la superficie "el ambiente est¨¢ bastante revuelto, aunque no tan mal todav¨ªa como en la calle de la Cruz".
El concejal del distrito Centro asegura estar dispuesto a ordenar que los jardines se rieguen constantemente si con ello evita que los 'yonquis' campeen en la exigua zona verde de la plaza. "Voy a levantar esto como levant¨¦ la plaza de Santa Ana", agrega.
?ngel Matanzo explica que con sus planes pretende hacer inc¨®moda la zona para los camellos. "En septiembre habr¨¢ que dar m¨¢s le?a al mono para acabar con toda esta golfer¨ªa concluye.
Anoche, todav¨ªa no se hab¨ªa fumigado con zotal y azufre los jardines de la plaza.
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