Tarde plomiza

La tarde transcurri¨® plomiza. Plomizo estuvo el cielo. Plomizo era el tono imperante en los tendidos del sol, por el color de las blusas de los mozos. Plomizo, es decir gris¨¢ceo, ni bueno ni malo sino todo lo contrario, el comportamiento de los toros. Plomiza fue la actuaci¨®n de los diestros.Las ¨²nicas notas destacables a la gris¨¢cea tarde fueron el intens¨ªsimo fr¨ªo y la buena impresi¨®n que dej¨® el rejoneador navarro Pablo Hermoso. Domina las cabalgaduras, aprovecha bien los terrenos, torea llevando las jacas muy templadas, cita y re¨²ne generalmente de frente y estuvo muy acertado en los rejones iniciales, en las banderillas largas y cortas, y sin embargo fall¨® con el rej¨®n de muerte.

Una caracter¨ªstica de los toreros modestos es que quieren, l¨®gicamente, aprovechar las pocas oportunidades que se les brindan, y siempre se encuentran insatisfechos con lo realidad, por lo que alargan las faenas al m¨¢ximo. Los tres espadas recibieron avisos, no tanto por estar desacertados con la espada, como por tratar de apurar el ¨²ltimo muletazo. Alguno, como Cu¨¦llar, recibi¨® un aviso en cada toro sin haber entrado a matar.

Al quinto, el de Colmenar, le hizo una faena con numeros¨ªsimos pases, pero s¨®lo tore¨® de verdad en la ¨²ltima serie de redondos. Menos justificaci¨®n tiene su actuaci¨®n en el segundo, un toro bravo y noble al que dio numerosos pases sin sosiego ni limpieza.

Emilio Oliva recibi¨® a su primero con tres largas cambiadas de rodillas, y a su segundo con similar suerte. A la faena le falt¨® continuidad porque la cort¨® reiteradamente. El cuarto se ca¨ªa y desde luego el de Chiclana estuvo por encima del toro.

Pepe Luis Mart¨ªn tropez¨® con el lote menos pujante. La falta de fuerza de su primero le impon¨ªa corta trayectoria, y los muletazos no pod¨ªan lucir. Con el sexto, no acert¨® a centrarse en la primera parte, antes de que el toro se rajara.

La tarde fue plomiza por el color, que no pl¨²mblea por lo pesada.