Herederos de Jomeini
EL ASESINATO en Par¨ªs de Shapur Bajtiar, ¨²ltimo primer ministro del sha de Ir¨¢n, y en su d¨ªa n¨²mero uno en la lista negra del ayatol¨¢ Jomeini, evidencia que existen grupos de asesinos, organizados por un sector del poder iran¨ª -el desmentido de Teher¨¢n no ha sido cre¨ªdo-, que ejecutan en diversos pa¨ªses del mundo las condenas monstruosas dictadas de modo caprichoso por el fanatismo pol¨ªtico y religioso heredado de Jomeini. Bajtiar era una figura pol¨ªtica singular, de talante liberal y laico, que acept¨® formar Gobierno cuando la monarqu¨ªa iran¨ª estaba al borde del precipicio. Su esperanza era realizar una transici¨®n pac¨ªfica a un sistema m¨¢s democr¨¢tico. Su brev¨ªsimo mandato de 37 d¨ªas, hasta el derrumbe del sha y la llegada de Jomeini, le gan¨® una condena a muerte, de la que se zaf¨® entonces huyendo de su pa¨ªs.En 1980 fue v¨ªctima de un primer atentado, del que sali¨® ileso, si bien otras personas resultaron muertas. Los asesinos estaban a las ¨®rdenes del Gobierno de Jomeini, y ello constituy¨® una raz¨®n de peso para catalogar a ¨¦ste como protector del terrorismo. Hoy, despu¨¦s de la guerra del Golfo, Francia -que ya indult¨® hace un a?o a los autores del primer atentado contra Bajtiar- y otros Gobiernos occidentales han mejorado sus relaciones con Ir¨¢n, convencidos de que el presidente Rafsanyani representa una pol¨ªtica realista, distinta de la que simbolizaba Jomeini.
El asesinato de Bajtiar -y de otras personas que hab¨ªan sido condenadas a muerte por los jomeinistas- indica que en Teher¨¢n sigue teniendo palancas un islamismo fan¨¢tico que desprecia las leyes m¨¢s elementales de la convivencia humana. No se puede olvidar que, lejos de anularse la condena a muerte de Salman Rushdie -a pesar de sus gestos de sumisi¨®n-, ¨¦sta se ha ampliado a sus traductores, entre los que ya ha sido asesinado el autor de la versi¨®n japonesa.
El problema tiene una dimensi¨®n diplom¨¢tica evidente. Mejorar las relaciones con Teher¨¢n es hoy una pol¨ªtica sensata. Pero una de las condiciones para que tal actitud sea fruct¨ªfera es hacer comprender a los realistas de Teher¨¢n que la opini¨®n mundial no tolera la ambig¨¹edad ante el crimen. Si Europa actuase con debilidad en esta materia, s¨®lo ayudar¨ªa a que en Teher¨¢n, gracias a la coexistencia de pol¨ªticas dispares, los fan¨¢ticos promotores de asesinatos siguiesen con la vara alta.
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