C¨®lera olvidado
LA ONDA expansiva del c¨®lera, cuyo epicentro se halla en Per¨², amenaza tambi¨¦n al opulento Estados Unidos. La aparici¨®n de 14 casos de c¨®lera en las ciudades de Nueva Jersey y Nueva York, producidos accidentalmente por la Ingesti¨®n de productos contaminados importados de Ecuador, ha mostrado a la sociedad norteanicricana que su alto nivel de desarrollo no le inmuniza totalmente de Ios riesgos que implica su proximidad geogr¨¢fica a las fronteras de la pobreza. Pero ahora que el c¨®lera ha llamado tambi¨¦n a las puertas de EE UU, quiz¨¢ el mundo tome conciencia de la existencia de este mal de pobres convertido desde hace casi un a?o en azote de las depauperadas sociedades de Am¨¦rica Latina.Es evidente que EE UU tlene medios m¨¢s que suficientes -sanitarios y preventivos en general- para evitar que la epidemia que avanza desde el sur del continente progrese hacia el norte. Pero entretanto comienza a instalarse peligrosamente en el fronterizo M¨¦xico, donde ya se han detectado m¨¢s de 300 casos de personas afectadas por el c¨®lera y ha habido tres muertos. Son parte de la dram¨¢tica estad¨ªstica de los 3.000 muertos y de los 271.695 casos de afectados en los ¨²ltimos meses por una enfermedad f¨¢cilmente evitable con la adopci¨®n de rnedidas de higiene, pero a la que las condiciones mis¨¦rrimas de vida existentes en muchos pa¨ªses de Am¨¦rica Latina han convertido en una amenazante epidern¨ªa.
Pero lo m¨¢s preocupante es el futuro. Se teme que en los pr¨®ximos dos a?os se produzcan decenas de miles de muertos y que el c¨®lera se haga end¨¦mico en algunos pa¨ªses americianos, como ya ocurre en algunos de ?frica (cerca de: 4.000 muertos y 50.000 afectados en lo que va de a?o) y brote rieri¨®dicamente en otros con car¨¢cter epid¨¦mico. Los r¨ªos de la Amazonia, a los que afluyen las aguias polucionadas por las bacterias del c¨®lera, se han convertido en fatales transmisores del mal a las poblaciones de los pa¨ªses circundantes. Ante tan dram¨¢tico panorama causa estupor la actilud insolidaria mostrada hasta ahora por las naciones desarrolladas. La reacci¨®n de Estados Unidos y de la CE ha consistido, sobre todo, en la adopci¨®n de medidas proteccior islas -sanitarias y comerciales- ante las exportaciones de productos de los pa¨ªses afectados. Pero, aderri¨¢s de protegerse del c¨®lera, las sociedades ricas debe hacer lo posible para evitar que este rual se haga end¨¦mico en toda la geografia de la pobreza.
Es fundamental la ayuda estrictamente sanitaria y m¨¦dica y la intensificaci¨®n de las medidas preventivas. Pero, con vistas al futuro, el todav¨ªa m¨¢s fundamental la ayuda destinada a las infraestructuras de abastecimiento de agua y del sistema de saneamiento. Sin duda, es tambien la m¨¢s onerosa. Se calcula que ser¨ªan necesarios unos.20 billones de pesetas en un periodo de 15 a?os. Pero un esfuerzo financiero de esta envergadura queda fuera del alcance de unos pa¨ªses que est¨¢n asfixiados por tina descomunal deuda exterior de 40 billones de pesietas. Ser¨ªa la ¨²nica forma de impedir que una enfermedad de la ¨¦poca medieval siga causando estragos en las puertas del siglo XXI.
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