Ibiza se come al mito
Frente al descenso de visitantes, la isla apuesta por la calidad y conserva a sus incondicionales
Veinte a?os en el candelero han sido suficientes para agotar la leyenda de la Ibiza despampanante, para¨ªso de las drogas finas y encrucijada de famosos bohemios a la b¨²squeda de las noches m¨¢gicas de la isla. Sin la loter¨ªa tur¨ªstica que este verano ha ca¨ªdo sobre Palma y Formentera, Ibiza se ha llenado a medias, lejos de la saturaci¨®n, pero obsequiando a sus incondicionales con la digna contrase?a: "Calidad en lugar de cantidad". As¨ª lo dice el alcalde de la capital de la isla, Enrique Fajarn¨¦s, consciente de la retirada experimentada por los turistas de chancleta y bocadillo, pero feliz al poder promocionar la "otra cara de Ibiza".Algo peor se tem¨ªan los forofos de la marcha cuando se anunci¨® para este a?o el cierre de la discoteca Ku. Se vaticin¨® el fin del espect¨¢culo, de la noche rutilante y escandalosa. Pero desde Marta S¨¢nchez, el grupo Simply Red, Ricardo Bofill, Carlos Martorell, Nina Hagen o Loquillo, se han sumado este a?o al desfile de una noche que contin¨²a larga e intensa, con fiestas en peque?o comit¨¦, cenas en la mas¨ªa de Can Pau y visitas furtivas a las casas de cal que se pierden entre las rocas y hasta las cuales hay que acceder con la ayuda de un mapa.
Una nueva droga qu¨ªmica intenta arrebatar la primac¨ªa a la llamada droga del amor, el ¨¦xtasis. Con resonancias de culebr¨®n, esa sustancia denominadacr¨ªstal viene a ser una variante de la anfetamina, que se toma en cantidades min¨²sculas -un gramo cuesta 30.000 pesetas- y que consigue que el cuerpo aguante hasta llegar a los afterhours (discotecas que'abren a la hora del desayuno) de la ciudad.
Coexisten en este reino dos tipos de veraneantes. Est¨¢n los que se dejan ver y los que se esconden. Fantasmas como el de Jean-Paul Belmondo o los Molina veranean sin dejar rastro, mientras que tras el islote: de Es Vedr¨¢ fondea paciente la goleta Am¨¦rica, de Ram¨®n Mendoza. La ruta por los chiringuitos que no son de este mundo -sin tel¨¦fono ni reloj- s¨®lo se celebra v¨ªa mar, y con tal motivo se exhiben todo tipo de embarcaciones, desde el Cigarrette Top One, de los Sarasola, hasta el yate de ?ngel Nieto, otro de los incondicionales de Ibiza.
Docenas de casetas de masajes repartidas por las playas -en Es Cavallet o las Salinas-, la fideu¨¢ del Manel y los encuentros a partir de las dos y media de la madrugada en Pach¨¢ resumen el itinerario habitual de la gente guapa. "Seguro que pronto se dejar¨¢ ver Roman Polanski y Jean-Paul Gaultier", cuenta Teresa Retolaza, directora del restaurante de Pach¨¢. Es en la terraza de esta discoteca donde se puede topar uno con un Txiki Benegas discreto y sin ganas de revuelo, y a la par con la plana mayor del PP, que este a?o coincidi¨®, desde Aznar a Rodrigo Rato, en el desfile de moda ad lib, que se celebr¨® en el nuevo hip¨®dromo. Pocas puntillas blancas y sombreros de paja deshilada pasearon este a?o por la pasarela ibicenca. Que la lycra venza al bordado es una manera m¨¢s de decir que el mito se come al mito. Que Ibiza se lo replantea.
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