Hecho en Vallecas
Cincuenta talleres de confecci¨®n se han instalado junto a la avenida de la Albufera
Una nueva filosof¨ªa de la moda se est¨¢ imponiendo: compra, disfruta y tira. Los tiempos cambian r¨¢pido y lo que gusta hoy aburre ma?ana. En Vallecas lo saben y apuestan por el art¨ªculo perecedero "rabiosamente actual" y a buen precio. Lo llaman la pronto-moda o moda-r¨¢pida: la ropa adecuada en la cantidad adecuada, a disposici¨®n del p¨²blico en el tiempo m¨¢s breve posible y con un coste m¨ªnimo. Los nuevos magos de la confecci¨®n, en su mayor¨ªa j¨®venes, se han instalado a ambos lados de la central avenida vallecana de la Albufera.
"Se acab¨® el predominio catal¨¢n en la confecci¨®n. Vallecas es competitiva y m¨¢s accesible para los compradores de provincia", afirma Manuel Alonso, presidente de la Asociaci¨®n de Empresas de Moda de Vallecas, que re¨²ne a medio centenar de industrias donde se fabrica desde la ropa m¨¢s vanguardista hasta la que viste la se?ora Mar¨ªa". Seg¨²n datos del Instituto Madrile?o de Desarrollo (Imade), la facturaci¨®n global de estas empresas supera los 15.000 millones de pesetas al a?o, y varios miles de trabajadores dependen, directa o indirectamente, de las mismas.A este nuevo concepto de moda para usar y tirar corresponde una nueva estructura industrial. Las grandes empresas textiles, incapaces de plegarse con velocidad a las caprichosas variaciones de la moda, estaban destinadas a desaparecer. Y Vallecas, con sus naves y precios accesibles, ofrec¨ªa la estructura adecuada para la creaci¨®n de industrias peque?as y competitivas.
Ganas de innovar
Para Alonso, el empuje que Vallecas ha dado a la dif¨ªcil industria textil proviene de 1a fuerza que han aportado los profesionales j¨®venes". Y los nuevos empresarios de la moda rondan, efectivamente, la treintena. "Vuelven los gremios", afirman ellos para explicar la asociaci¨®n de padres e hijos en los talleres. "Los mayores aportan la experiencia, y los j¨®venes, las ganas de innovar y salir fuera", explica Concha Ib¨¢?ez, que, junto a su padre, su hermano y su marido, fabrica topa para mujeres "desde los 25 a los 40 a?os"."Yo hago moda de calle para la secretaria, la chica que sirve o la periodista que empieza", afirma Gonzalo Sese?a, propietario de una empresa dedicada a la fabricaci¨®n de blusas. Y por ser callejera la moda no es menos exigente. Los confeccionistas de Vallecas viajan constantemente a Francia, Reino Unido, Italia, Alemania y EE UU.
Estar siempre a la ¨²ltima exige a estos j¨®venes empresarios apostar por lo que se va a llevar y acertar antes de que los modistas de prestigio saquen sus colecciones. "En el extranjero, vamos tanto a desfiles de moda como a tiendas para ver qu¨¦ se vende y pateamos mucho la calle para ver c¨®mo se viste la gente", afirma Alonso.
"No somos dise?adores ni artistas, pero tampoco copiamos: vemos y transformamos", aclara Alonso. "Claro que hay creaci¨®n: combinamos y ponemos nuestro toque personal en lo que hemos visto durante los viajes", a?ade Concha Ib¨¢?ez.
El ¨¦xito, por una vez, no requiere un nombre. "El marqu¨ªsmo ha muerto", afirma Sese?a. Y la reivindicaci¨®n del anonimato no oculta una velada cr¨ªtica a la llamada "moda,de Espa?a", a la que acusan de elitista y con precios poco accesibles al com¨²n de los mortales. A los confeccionistas de Vallecas les basta con que su nombre lo conozcan sus clientes: las grandes superficies -El Corte Ingl¨¦s, Galer¨ªas Preciados, Cortefiel- o los mayoristas.
El proyecto m¨¢s inmediato de los j¨®venes empresarios de la moda es organizar, con el apoyo de la Junta de Vallecas un desfile y publicar un cat¨¢logo "para mujeres con ganas de vestir bien sin arruinarse".
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