En verano, merengue
Wilfrido VargasHace casi un mes, Juan Luis Guerra y 4.40 abarrotaron durante dos noches seguidas la plaza de toros de Las Ventas. Ahora, otro dominicano no menos significativo dentro de la m¨²sica latina, Wilfrido Vargas, ha tenido que conformarse con actuar en una discoteca ante unos cientos de personas.Si entonces la campa?a de promocion result¨® demoledora, en esta ocasi¨®n, en cambio, la publicidad del acto brill¨® por su ausencia. Adem¨¢s, mientras los prirneros van camino del mill¨®n de discos vendidos, las grabaciones del segundo -m¨¢s de 20 elep¨¦s- se encuentran con cuentagotas en las tiendas espa?olas. Sin enibargo, Vargas es el responsable m¨¢ximo de la modernizaci¨®n del merengue.
500 personas
Precio: 1.500 pesetas. Discoteca Oh! Madrid. Madrid, 24 de agosto.
Irrupci¨®n
Puntoy aparte se titula un disco que el m¨²sico dominicano public¨® a mediados de los 70 cuando lideraba el grupo Los Beduinos. Y de punto y aparte puede calificarse su irrupci¨®n en la historia del rrierengue, porque Wilfrido Vargas, nacido hace 41 a?os en Altamira, Rep¨²blica Dominicana, ocupa el lugar de los precursores, el de los revolucionarios incluso. Desde aquellas fechas ha ido clando forma a un merengue alejado del puro folclor; con arreglos novedosos y letras que reflejan con sentido del humor hechos de la vida cotidiana.En Madrid, Vargas tuvo el detalle did¨¢ctico de marcarse un merengue tradicional, de ritmo m¨¢s lento, para mostrar las ra¨ªces del merengue moderno.
La actuaci¨®n de la orquesta del trompetista y cantante, integracia por 14 m¨²sicos (cuatro vocalistas, un teclista, dos percusionistas, tres trompetistas, dos saxofonnistas, un bajo y un bater¨ªa), comeriz¨® a una hora intempestiva con unos sorprendentes compases a lo big band de jazz -un gui?o a sus propios inicios- para dar paso en seguida a una arrolladora versi¨®n de Abusadora.
Fue la se?al de partida para una exhibici¨®n de sus mayores ¨¦xitos, una sucesi¨®n de merengues desenfrenados: El africano (Mam¨¢, que ser¨¢ lo que quiere el negro), El jardinero, El comej¨¦n, Juanita Morel, El funcionario... Ni un piadoso respiro hubo para los bailadores que, pasadas las tres y niedia de la madrugada del viernes continuaban merengueando, lo cual, seg¨²n se cuenta en Santo Domingo, ser¨ªa como mascar un chicle en el culo".
Pata el tambi¨¦n dominicano Johnny Pacheco, el merengue lo baila cajalquiera porque es el baile m¨¢s, sencillo del mundo. Pero aqu¨ª, a pesar de lo que opine el maestro, las caderas parecen hechas de otra fibra y las rodillas no siempre encuentran el acomodo ideal en el cuerpo de la respectiva pareja. Eso s¨ª, buena voluntas no falta. Y es que este ritmo obsesivo y sensual sigue gozando de un excelente momento en Espa?a. Y en verano, a¨²n m¨¢s.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.