Potencia comunicativa de Penderecki
Con el estreno en Espa?a de La m¨¢scara negra, de Penderecki, se clausur¨® anteanoche la 40¡ã edici¨®n del Festival Internacional de Santander, 12? de las dirigidas por Jos¨¦ Luis Ocejo y primera celebrada en el nuevo palacio del arquitecto Sa¨¦nz de Oiza. Se trata de la s¨¦ptima ¨®pera programada este a?o (dos en concierto y cinco representadas), lo que me parece el gran acontecimiento del festival que habr¨ªa sido imposible en el antiguo escenario de la plaza Porticada.
La m¨¢scara negra, basada en un drama de Gerhart Haupmann, convertido en libreto por el propio Penderecki en colaboraci¨®n con Harry Kupfer se dio a conocer en Salzburgo el 15 de agosto de 1986 por la Opera de Viena. En medio de una trama compleja por la riqueza de personajes, caracteres y significaciones, alusiva a una historia individual, la presencia de la m¨¢scara, s¨ªmbolo de la muerte, que en la realizaci¨®n de Ryszard Peryt concluye con una alusi¨®n a la cat¨¢strofe de Chern¨®bil, Penderecki aborda mundos dram¨¢ticos dominantes en otras obras suyas, teatrales o no.
Indiscutible talento
Lo hace a lo largo de 100 minutos, sin soluci¨®n de continuidad, con un indiscutible talento dram¨¢tico que, como en todo gran operista est¨¢ presente en el todo y en cada una de sus partes: voces, coros, orquesta, acci¨®n o perspectivas sonoras.
El lenguaje es perfectamente coherente con el habitual en el compositor polaco pero aparece con m¨¢s acusada depuraci¨®n en una continuidad lineal, rica, expresiva y pluriforme en la que cuentan breves alusiones a elementos tradicionales —danza popular, gregoriano, el obsesivo Dies irae, los peque?os organillos callejeros— impostados en una visi¨®n amplia y sintetizador del operismo actual y encaminada a comunicarse con el espectador de la manera m¨¢s directa posible. Que Penderecki logra sus prop¨®sitos lo demuestra la clamorosa acogida por parte de un p¨²blico ajeno a cualquier especializaci¨®n y lejano de todo apriorismo. Esta potencia comunicativa de Penderecki es algo sustancial a la hora de valorar su creaci¨®n desde el lejano y estereof¨®nico Stabat Mater, al R¨¦quiem polaco, desde Los demonios de Loudun hasta La m¨¢scara negra.
La compa?¨ªa del teatro Wielki de Pozman actu¨® con tal coordinaci¨®n que, a pesar de los m¨¦ritos individuales de sus componentes, resulta accesoria la enumeraci¨®n de los 18 nombres del reparto, aunque valga la pena la cita destacada de los directores musical y esc¨¦nico —Dondajewski y Peryt—, de la escen¨®grafa, Eva Starowicyslcz y la direcci¨®n coral de Jolanta Dota-Komorowska.
. Musica espa?ola y polaca
El d¨ªa anterior los solistas, coro y orquesta de Pozman ofrecieron un programa de m¨²sica polaca y espa?ola. La primera estaba representada por el romanticista Stanislaw Moniuszko (1819-1871), con fragmentos de las ¨®peras Bajka y Halka. Lo espa?ol corri¨® a cargo de Tom¨¢s Marco (Madrid, 1942), de cuya Quinta sinfon¨ªa (Modelo del universo) ofrecieron los m¨²sicos polacos bajo la direcci¨®n de Dondajewski una versi¨®n excelente, dominada, detallista y rica de contrastes. Ya estrenada en Madrid y Canarias, la Quinta sinfon¨ªa evoca las islas del archipi¨¦lago canario desde un criterio cosmol¨®gico, espacial y, quiz¨¢, astron¨®mico.
Existen algunas referencias a m¨²sicas ajenas, sobre todo, la muy reconocible de Strauss. Es m¨¢s interesante el estaticismo contemplativo en el que nos imaginamos al compositor en plena contemplaci¨®n y catalogaci¨®n de las estrellas cual "el enamorado de la Osa Mayor" en la c¨¦lebre novela polaca. El ¨¦xito fue total y el p¨²blico ovacion¨® al autor madrile?o y a sus int¨¦rpretes.
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