Informe para un debate necesario
El autor defiende que el informe elaborado por la llamada comisi¨®n Abril sobre la reforma de la sanidad espa?ola debe servir de base para una seria discusi¨®n pol¨ªtica y social de la asistencia sanitaria.
Se ha iniciado por fin un p¨²blico debate nacional sobre la sanidad, tan necesario como esperado durante a?os. Es, sin duda, un acontecimiento sanitario provocado por el llamado informe Abril, que ha irrumpido pol¨¦micamente en la sociedad espa?ola, desencadenando inquietudes, opiniones, declaraciones y actitudes numerosas y distintas, incluso ha originado anuncios de alianzas y hasta plataformas beligerantes de naturaleza no muy clara. Este agitado recibimiento del informe es, en s¨ª mismo, un hecho sustancial y relevador.Afirma, en primer lugar, las razones que me movieron a sugerir la creaci¨®n de una comisi¨®n de expertos. Ahora es evidente que desde la neutralidad de los conocimientos de un grupo de t¨¦cnicos es posible elaborar un an¨¢lisis del sistema sanitario capaz de quebrar la ineficacia de las mon¨®tonas controversias entre los partidos pol¨ªticos y de romper la indiferencia social en que se diluyen la multitud de quejas y denuncias individuales.
El mantenimiento y mejora de la calidad sanitaria exigen un proceso continuo de adaptaci¨®n a las nuevas demandas, y el problema fundamental de nuestro sistema sanitario es que, salvo excepciones, siempre se actu¨® Irreflexivamente, sin atender a lo que estaba pasando, ni dentro ni fuera del pa¨ªs. Han abundado los t¨®picos infundados, los dogmatismos ideol¨®gicos y los ofrecimientos imposibles. Y han escaseado, sin embargo, los an¨¢lisis competentes, objetivos y serenos. El informe elaborado por la comisi¨®n debe servir de base para una seria discusi¨®n pol¨ªtica y social de la sanidad. Una discusi¨®n que permita encontrar f¨®rmulas de recambio, lo m¨¢s consensuadas posible, para que los logros sociales permanezcan, se abaraten y satisfagan, al tiempo que Espa?a se moderniza.
En segundo lugar, el informe ha contribuido a que cristalice en forma visible el inter¨¦s de la sociedad espa?ola por su sistema asistencial. Un inter¨¦s cuyo contenido resulta imprescindible conocer, y que por tanto conviene que tambi¨¦n se defina y ayude a establecer prioridades. Y costes de oportunidad. Porque ser¨¢ bueno saber lo que estamos dispuestos a aceptar que no se haga en distintas esferas de la acci¨®n del Estado, incluidas otras prestaciones sociales, para poder hacer cosas en el campo de la sanidad. 0 viceversa: cu¨¢ntos recursos pensamos que son m¨¢s necesarios en educaci¨®n o infraestructuras, o preferimos que se empleen en verbenas y recuperaci¨®n de tradiciones culturales superfluas antes que en la asistencia sanitaria.
Calidad de la asistencia
En este sentido, podr¨ªa decirse que alguna preferencia se ha mostrado ya en los comentarios que la entrega del informe de la comisi¨®n ha producido. Parece que el mayor inter¨¦s est¨¢ en que la asistencia sanitaria contin¨²e percibi¨¦ndose -aunque no lo es- como gratuita. La calidad, sin embargo, no ha merecido apenas atenci¨®n. Lo que est¨¢ en evidente contradicci¨®n con el hecho de que unos cuatro millones de espa?oles hayan suscrito, a su costa, una p¨®liza de seguro sanitario, precisamente porque est¨¢n insatisfechos con la calidad de la asistencia p¨²blica, sin que eso signifique que renuncien -tampoco pueden- a ella, que queda para aquellas circunstancias en que resulte necesaria.
De lo cual se deducen dos cosas: primera, que existe ya un n¨²mero considerable de espa?oles que pagan para tener mejor calidad, a pesar de la gratuidad financiada con sus impuestos. Es decir, existe una aspiraci¨®n social -consecuencia del desarrollo econ¨®mico- a la calidad; segunda, que otra buena parte de espa?oles no pueden comprar esa calidad privada y est¨¢n obligados a consumir s¨®lo la p¨²blica, y defienden, como es l¨®gico, la gratuidad. Es decir, deben sufrir la mala calidad. Esta diferencia de calidad percibida por el ciudadano muestra un aspecto caracter¨ªstico e hiriente de nuestro sistema sanitario: tiende a establecer una sanidad para pobres. La universalizaci¨®n deja de ser as¨ª una conquista social. Cuesti¨®n que ya advert¨ª en junio de 1987 en un debate en el Congreso: "Gobernar en sanidad es resolver la encrucijada entre la contradicci¨®n de la universalizaci¨®n de la asistencia, la limitaci¨®n de los recursos y la mejora de la calidad".
Todos estos hechos plantean problemas m¨¢s hondos de lo que algunos creen y exigen an¨¢lisis rigurosos. La sanidad es compleja y multirrelacionada. Por ejemplo, nos podr¨ªamos encontrar que en el mundo real, o sea, en el mundo de recursos limitados, la defensa a ultranza de la gratuidad para todos en la asistencia p¨²blica sin consideraci¨®n de la calidad supone, de hecho, parad¨®jicamente, una defensa de la sanidad privada, que acoge a los insatisfechos del sistema sanitario. Dicho de otro modo, la asistencia p¨²blica se muestra ahora incapaz de satisfacer lo que en el estado de bienestar se considera conquista social.
Econom¨ªa de la salud
Estas consideraciones aparenternente economicistas son, en realidad, consustanciales con un entendimiento y logro humanista y equitativo, progresista por tanto, de la sanidad. Por diversas razones, en sanidad no se genera aut¨¦ntica presi¨®n social y s¨®lo un sentido de justicia puede empujar las reformas necesarias. ?nicamente as¨ª, tambi¨¦n, se podr¨ªa responder a la sentencia del doctor Rochard, expuesta hace un siglo (1889): "Todo gasto concerniente a la higiene es una econom¨ªa, nada hay m¨¢s dispendioso que la enfermedad como no sea la muerte, el derroche de la vida humana es el m¨¢s ruinoso de todos".
En definitiva, el informe Abril constituye "un terreno firme en el que se puede asentar, sin falsas ilusiones" el debate nacional sobre la sanidad espa?ola. Es un reto al que no podemos contestar encerrando el futuro en convencionalismos ideol¨®gicos ni admitiendo s¨®lo aquellas reformas que miran hacia el pasado. El informe es, sobre todo, un marco de debate para encontrar soluciones. En ning¨²n caso una ocasi¨®n para exhibir progresismos que har¨ªan imposible la mejora del sistema sanitario p¨²blico.
es diputado y portavoz de Sanidad de CDS.
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