Isla por un d¨ªa
Cinco a?os hac¨ªa que Pablo Milan¨¦s no cantaba en Madrid. Un lustro sin canciones como La vida no vale nada, Yolanda, Amo esta isla, Para vivir, Yo pisar¨¦ las calles nuevamente, Yo no te pido, y tantas otras a las que se puede aplicar lo que Milan¨¦s escrib¨ªa de Beny Mor¨¦ en 1983, con motivo de los 20 a?os de la muerte del b¨¢rbaro del ritmo: identificaci¨®n con el pueblo.Cinco a?os de ausencia es mucho tiempo para un artista importante de la m¨²sica popular actual, respetado por todos y cuya influencia ha llegado hasta popes brit¨¢nicos como Robert Wyatt. Un lustro sin sus discos, con su ¨²ltimo trabajo, Canto de mi abuela, todav¨ªa in¨¦dito y con el pen¨²ltimo, Identidad, inadvertido. A sus 48 a?os, el compositor y cantante de Bayamo (Cuba) quiere recuperar el tiempo perdido y acaba de finalizar en Madrid una gira que ha recorrido 19 ciudades espa?olas con un ¨¦xito m¨¢s entra?able que multitudinario; m¨¢s emocionante que espectacular. El p¨²blico ha agradecido su presencia humilde, demostrando que, en tiempos de olvidos, todav¨ªa hay quien permanece fiel a un artista, a unas canciones, a una idea.
Pablo Milan¨¦s
Pablo Milan¨¦s (voz, guitarra), Miguel N¨²?ez (plano, teclados, coros).Dagoberto Gonz¨¢lez (teclados, viol¨ªn, percusi¨®n, coros), Eduardo Ramos (bajo, coros) , Frank Bejarano (bater¨ªa), Eugenio Arango (percusi¨®n cubana). 1.200 personas. Precio: 1.800 y 2.000 pesetas. Sala Universal Sur. Madrid, 3 de septiembre.
Emoci¨®n
Exclamaciones de ?Cuba, Cuba! y ?Dile a Fidel que le queremos!, jalonaron un recital austero, con los m¨²sicos imprescindibles y con la carga emocional que desprenden las composiciones y la voz del cubano. Escueto en las presentaciones y con una sola referencia a la situaci¨®n de su isla, defendiendo su soberan¨ªa a ritmo de son ("Yo me quedo, porque ya he comprobado que una risa vale m¨¢s que un mill¨®n"), Milan¨¦s ofreci¨® lo m¨¢s conocido de su repertorio junto a lo m¨¢s nuevo. Canciones que hablan del paso del tiempo, enlazando pasado y futuro y con esa particular melancol¨ªa que caracteriza su m¨²sica.Fue un recital intenso, con textos de enfrentamiento ("Ni siquiera el poder ser¨¢ capaz de neutralizar lo que se encuentra detr¨¢s de una sonrisa feliz"), plagado de temas lentos en los que se adivin¨® su influencia sobre el m¨²sico de moda: Juan Luis Guerra. Y llegaron canciones combativas ("Como seres humanos, hoy nos equivocamos, manana rectificamos sin claudicar"), mezcladas con declaraciones de amor a su mujer (Todos los ojos te miran) y a su isla ("Amo esta isla, soy del Caribe. Jam¨¢s podr¨¦ pisar tierra firme, porque me inhibe").
Junto a Caco Senante cant¨® a Nicol¨¢s Guill¨¦n, y termin¨® con Yolanda, Yo pisar¨¦ las calles nuevamente y Yo no te pido. Todo interpretado con justeza, con excelentes m¨²sicos y un sobrio acompa?amiento. Lo justo para trasladar al entregacio p¨²blico a su isla... por un d¨ªa.
Babelia
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