El Bar?a y el Madrid ocultan sus problemas
El Barcelona y el Real Madrid o viceversa -el orden de los factores no alter¨® ayer el producto- se tienen miedo hasta en los amistosos. Johan Cruyff se desmarc¨® del partido en la v¨ªspera en un intento de curarse en salud, lo que fren¨®, posiblemente, la asistencia de p¨²blico. No contento con ello, el t¨¦cnico azulgrana dej¨® en el banquillo a la mitad de sus titulares. Su rival, Radomir Antic, hizo lo propio e incluso hurt¨® a los espectadores cualquier posibilidad de adoptar una actitud jocosa con Michel, otro de los grandes ausentes junto con los dos buques insignia de los respectivos clubes, Koeman y Prosinecki. Hubo demasiadas precauciones. Ni siquiera el experimento de las reglas de la FIFA aport¨® m¨¢s alegr¨ªa y vivacidad a un partido en el que lo mejor fueron los goles, espectaculares ambos por las acciones de Nadal y Alfonso.Antic hoje¨®, horas antes del encuentro, un libro que le regalaron en el hotel con un t¨ªtulo muy sugestivo: C¨®mo vencer la depresi¨®n. Es posible que Cruyff tambi¨¦n se inclinara por la lectura, pero antes pens¨® en la forma de cubrir con dignidad el expediente de un partido que ha creado los primeros roces de la temporada entre ¨¦l y la directiva. Y es que el Real Madrid y, el Barcelona no est¨¢n finos. Sus respectivas orquestas de solistas no est¨¢n coordinadas y sus directores temen la presi¨®n ambiental que les rodea.
Como si hubiera un acuerdo t¨¢cito, los dos rivales adoptaron una actitud conservadora. Pelotearon y pelotearon, triangularon y triangularon durante muchos minutos sin apenas crear jugadas de peligro. Ni siquiera supieron sacar provecho de las reglas que, posiblemente, adoptar¨¢ la pr¨®xima temporada el m¨¢ximo organismo del f¨²tbol mundial. Nadie forz¨® las situaciones de fuera de juego -no se se?al¨® ninguno- ni nadie presion¨® al defensa que recib¨ªa el bal¨®n del guardameta sin posibilidad de devolv¨¦rselo. Dio la impresi¨®n de que no se hab¨ªan mentalizado ni jugadores ni ¨¢rbitro, que incluso cometi¨® un error.
El primer tiempo fue dominado territorialmente por el Barcelona, que dispuso de tres excelentes oportunidades para marcar. El Real Madrid tan s¨®lo tuvo una, en jugada personal de Butrague?o, que desestabiliz¨® a la defensa azulgrana. Pero quien quebr¨® la esperanza de un mayor espect¨¢culo, adem¨¢s de disminuir el potencial de su equipo, fue Rocha, que se fue al vestuario expulsado, segundos antes del descanso, por una dura entrada a Laudrup.
Antic se cubri¨® las espaldas en la reanudaci¨®n y reforz¨® su defensa con la inclusi¨®n de Maqueda. Con los cambios realizados en ambos equipos, el partido entr¨® en una fase de juego embarullado, que s¨®lo se romp¨ªa espor¨¢dicamente en jugadas individuales. La iniciativa, casi siempre, parti¨® del Barcelona, pero el espect¨¢culo lo dio Buyo, que neutraliz¨® todos los intentos barcelonistas de marcarle un gol. Sin embargo, el excelente y exc¨¦ntrico guardameta madridista no pudo tapar el hueco por el que se col¨® el bal¨®n impulsado por Nadal, tras una bella jugada del centrocampista mallorqu¨ªn que regate¨®, por dos veces, al mencionado Maqueda. Fue un gran gol que tuvo una r¨¦plica precisa, concisa y tambi¨¦n de bella ejecuci¨®n, con el tanto de Aldana.
En definitiva, Barcelona y Real Madrid ocultaron ayer sus problemas reales, quiz¨¢ para no dar ventajas. Se limitaron a evitar cualquier descalabro y a pensar en los pr¨®ximos compromisos, como la Liga y las competiciones europeas en las que est¨¢n inmersos.
Adem¨¢s de los goles, lo positivo del partido fue el comprobar que con las normas experimentales de la FIFA se juegan m¨¢s minutos de tiempo real y que los jugadores tambi¨¦n han de correr mucho m¨¢s porque se crean espacios superiores. Pero esas dos circunstancias no sirvieron. El marcador no miente.
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