La vieja movida nunca muere
Un artista se retuerce por el suelo porque no se le ocurre nada. Si esto pasara en la realidad, ver¨ªamos a los propios creadores de espect¨¢culo revolcados, y yo mismo estar¨ªa siempre retorcido, sarmentoso. Este, adem¨¢s, pronuncia mon¨®logos de una pedanter¨ªa considerable, y con acento catal¨¢n, lo cual es pintoresco para empezar una muestra de teatro madrile?o: con el trombonista negro y la estrellita canaria de origen austriaco, entre lo ostensible, se denota lo que es en realidad esta ciudad abierta, creada por todos y entre todos.Los mon¨®logos se soportar¨ªan mejor si breves, informativos. La situaci¨®n se complica con una cuesti¨®n incomprensible de zapatos, quiz¨¢ para dar introducci¨®n al claqu¨¦, en el que el monologuista Enrique Sim¨®n y Patricia Kraus se distinguen. Hacen que el diablo -todo esto tiene que ver con Fausto: rara astucia del t¨ªtulo- sea un limpiabotas: es el estupendo actor Francisco Maestre, que no se arredra ante la canci¨®n y el baile, y domina el espect¨¢culo.
Faus Trot
De J. L. Serrano Onrube (Jaro). Composiciones y direcci¨®n m¨²sica:X. R. Casadevall. Int¨¦rpretes: Enrique Sim¨®n, Patricia Kr¨¢us, Francisco Maestre, Alfonso Asenjo. M¨²sicos: Josep Busquets, Pedro L¨®pez, Baldo Mart¨ªnez, Xavier Roger Casadevall, Claudio lanni, Alfonso Asenjo, Luis Fernando, McC¨¢uy, Manuel Morales. EscenograCia: Za'ris. Vestuario: Justo -Miranda, Angel Ruiz. Direcci¨®n: Eduardo Fuentes. Grupo Noct¨¢ribulos. Tercera muestra de teatro madrile?o. Alb¨¦niz, 10 de septiembre.
Creo que Patricia Kraus se presentaba con esto en Madrid: una presentaci¨®n modesta, cortita. Baila poco, canta poco: su presencia es agradable.
De todo, destaca la orquesta y la composici¨®n. Un jazz que tiende a Nueva Orleans, que suena muy bien y concuerda a gusto, y que da la sensaci¨®n de que es lo que m¨¢s gusta a todos. Por lo menos, a m¨ª. Con Paco Maestre, que nunca falla.
El teatro estaba lleno de solidaridad y ganas de que aquello saliese adelante.
Sin ser un verdadero espect¨¢culo, muy lejos del musical que pretende y de cualquier otra cosa conocida, el acto corto tiene una cierta vibraci¨®n, un cierto aire de marcha, e incluso de la antigua movida un poco renacida.
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