Solzhenitsin, dispuesto a volver a la URSS al conocer su rehabilitaci¨®n
Las autoridades levantan los cargos que le acusaban de traidor
El escritor ruso y premio Nobel de Literatura en 1970 Alexandr Solzhenitsin podr¨¢ volver por fin a la URSS tras serie levantada ayer la acusaci¨®n de traici¨®n a la patria que pesaba sobre ¨¦l desde 1974. Con ello queda rehabilitado completamente en su pa¨ªs. Tras conocer la noticia, Solzhenitsin hizo p¨²blico un comunicado desde Estados Unidos, donde vive exiliado, en el que dice: "Volver¨¦ a mi tierra natal, pero antes de hacerlo la obra que empec¨¦ a escribir con anterioridad debe ser completada aqu¨ª",.
La editorial de Solzhenitsin en EE UU, Farrar Strauss and Giroux, public¨® un comunicado la pasada semana en el que explicaba que el silencio del escritor sobre los ¨²ltimos acontecimientos en la Uni¨®n Sovi¨¦tica se despejar¨¢ en su nuevo libro, que aparecer¨¢ en noviembre en el mercado norteamericano con el t¨ªtulo Construyendo Rusia, informa Albert Montagut.
Nikol¨¢i Trubin, el fiscal general de la URSS, termin¨® ayer de estudiar los materiales de la causa criminal contra el implacable cronista de los campos de concentraci¨®n estalinianos y lleg¨® a la conclusi¨®n de que "no existe ninguna prueba de que Alexandr Solzhenitsin haya cometido delito alguno". Con esta decisi¨®n de la fiscal¨ªa el insigne novelista queda completamente rehabilitado y desaparece el ¨²ltimo obst¨¢culo que quedaba para que pueda regresar a su patria.
As¨ª termina una larga lucha de los intelectuales progresistas sovi¨¦ticos a favor de Solzhenitsin, comenzada hace cinco a?os. La primera victoria en esta lucha fue obtenida en junio de 1989, cuando la Uni¨®n de Escritores de la URSS calific¨® de "incorrecta" la decisi¨®n tomada 20 a?os antes de expulsar al novelista de esta organizaci¨®n literaria.
Admiraci¨®n
Solzhenitsin se dio a conocer durante la ¨¦poca de liberalizaci¨®n de Nikita Jruschov, conocida como el deshielo. Fue en 1962 cuando sali¨® a la luz su primera novela, Un d¨ªa en la vida de Iv¨¢n Den¨ªsovich, pero ya a partir de 1965 no pudo publicar nada en su patria. Sin embargo, estos tres anos fueron suficientes para ganarse la ad miraci¨®n de los sovi¨¦ticos. La segunda victoria lleg¨® en septiembre de 1989, cuando la revista Novi Mir comenz¨® la publicaci¨®n de Archipi¨¦lago Gulag. Esta despiadada novela sobre los campos de concentraci¨®n estalinianos fue escrita a principios de los a?os setenta. En 1973 fue confiscada una variante de la obra, despu¨¦s de que el KGB interrogara a Yelizaveta Voroni¨¢nskaya, la mecan¨®grafa del premio Nobel, que dijo d¨®nde se encontraba el manuscrito. Poco despu¨¦s, Voroni¨¢nskaya muere en oscuras circunstancias y Solzhenitsin se decide a publicar Archipi¨¦lago Gulag en Occidente. Entonces se orquest¨® en la URSS una gran campa?a contra ¨¦l que culmin¨® con su arresto en 1974, la privaci¨®n de la ciudadan¨ªa y la expulsi¨®n del pa¨ªs en un avi¨®n especial.
La tercera victoria fue el decreto promulgado por el presidente Mlja¨ªl Gorbachov en agosto del a?o pasado, por el cual se le devolv¨ªa la ciudadan¨ªa sovi¨¦tica. Se crey¨® entonces que Solzhenitsin regresar¨ªa a la URSS o, por lo menos, aceptar¨ªa la invitaci¨®n del Gobierno ruso de visitar su patria.
"Ahora que las contradicciones de la vida rusa han llegado a tal punto que se cierne la amenaza de una nueva divisi¨®n, su visita a Rusia se convertir¨¢ en una de esas acciones que nuestra patria necesita como el propio aire", escribi¨® a Solzhenitsin ese mismo mes el primer ministro ruso, Iv¨¢n Sil¨¢yev. Sin embargo, el premio Nobel se neg¨® rotundamente a aceptar la invitaci¨®n, advirtiendo que no volver¨ªa hasta que no se levantara la acusaci¨®n de traici¨®n a la patria que pend¨ªa sobre ¨¦l.
Solzhenitsin, nacido en diciembre de 1918 en Kislovodsk, en el C¨¢ucaso, reside desde 1976 en Estados Unidos. En unas cort¨ªsimas declaraciones del escritor en Cavendish (Vermont), el pasado domingo, a trav¨¦s de su hijo Stephan, el escritor se?al¨®: "Dije hace mucho tiempo que, definitivamente, volver¨¦ [a la Uni¨®n Sovi¨¦tica], y esa opini¨®n sigue intacta. No voy a vivir aqu¨ª para siempre".
Babelia
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