Un diplom¨¢tico vaticano cuelga los h¨¢bitos para casarse por lo civil
Hubertus Wolfgang Berka, un sacerdote alem¨¢n de 36 a?os, diplom¨¢tico de carrera destinado en la Secretar¨ªa de Estado, se fue el pasado mes del Vaticano para cambiar de vida. Al parecer, dej¨® una carta de despedida, aunque la oficina de prensa de la Santa Sede s¨®lo confirma que el sacerdote Berka ya no trabaja all¨ª. Antiguos colegas han explicado que Berka huy¨® para contraer matrimonio, civil por necesidad, con una joven que conoci¨® en Brasil.
El caso de Berka no es excepcional. Seg¨²n la asociaci¨®n de ex sacerdotes Vocatio, la Congregaci¨®n para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que dirige el cardenal espa?ol Eduardo Mart¨ªnez Somalo, tiene pendiente de resoluci¨®n m¨¢s de 5.000 demandas de cl¨¦rigos que quieren casarse por la Iglesia. Otros han ido directamente al juez, desespera dos de lograr la venia. En total, hay en el mundo unos 85.000 sacerdotes cat¨®licos casados y 8.000 de ellos viven en Italia.S¨ª es menos frecuente, en cambio, que un caso de renuncia a los votos salte en las proximidades jer¨¢rquicas y laborales del Papa, celoso de la ortodoxia sobre el celibato del clero y preocupado por el n¨²mero de religiosos que se apart¨® de la Iglesia oficial en la ¨²ltima d¨¦cada debido a esta causa. Se da, adem¨¢s, la coincidencia de que el cambio de vida de monse?or Berka parte de una historia amorosa iniciada hace m¨¢s de dos a?os en Brasil, el pa¨ªs que Juan Pablo II visitar¨¢ el pr¨®ximo mes de octubre.
Wolfgang Berka lleg¨® a Brasilia en 1986, como secretario del nuncio apost¨®lico Carlo Furno, y all¨ª conoci¨® a Carolina, que trabajaba en la Embajada de la entonces Rep¨²blica Federal de Alemania. El encuentro fue probablemente profesional, pero es evidente que las relaciones de la pareja se estrecharon, a la vista de las consecuencias. La historia no concluy¨® ni siquiera cuando monse?or Berka fue llamado al Vaticano en 1989 por el arzobispo Edward Cassidy, a la saz¨®n sustituto del secretario de Estado y predecesor del arzobispo Giovanni Battista Re, que ha sido el ¨²ltimo jefe del sacerdote enamorado en la curia.
Para Berka, que naci¨® en Wurzburg en 1955 y estudi¨® diplomacia en la Academia Pontificia, la entrada en la Secretar¨ªa de Estado era el signo prometedor de una brillante carrera eclesi¨¢stica, ya que ese departamento representa el coraz¨®n de la pol¨ªtica interior y exterior vaticana. Como auditor de Nunciatura, el sacerdote era uno de los 10 diplom¨¢ticos que forman el segundo escal¨®n jer¨¢rquico de la secci¨®n dedicada a los asuntos generales de la Iglesia.
Simpat¨ªas integristas
Quienes le han conocido dicen que era una persona brillante, con posibilidades de llegar pronto al episcopado, aunque, quiz¨¢ por su car¨¢cter reservado y distante ten¨ªa fama de simpatizar, parad¨®jicamente, con el integrismo lefebrista.
Tambi¨¦n hay quien afirma que Wolfgang y Carolina se casaron el pasado mes de agosto. Otros aseguran que contraer¨¢n matrimonio el pr¨®ximo 28 de septiembre en Colonia.
Pero lo que es seguro es que su caso reactivar¨¢ la pol¨¦mica sobre el celibato del clero. Precisamente en Brasil, donde ellos se conocieron y adonde el Papa viajar¨¢ dentro de pocas semanas, los sondeos indican que el 85% de los cat¨®licos cree que es mejor que los sacerdotes puedan tener familia.
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