El l¨ªder de la secta Edelweiss niega haber realizado pr¨¢cticas homosexuales con ni?os
Eduardo Gonz¨¢lez Arenas, Eddie, l¨ªder de la secta Edelweiss, neg¨® ayer ante el tribunal que comenz¨® a juzgarle haber mantenido "jam¨¢s" relaciones homosexuales con los ni?os del grupo, y atribuy¨® a "coacciones" de los padres y de la polic¨ªa la monta?a de testimonios de menores que le acusan de haberles masturbado y sodomizado, parte de las cuales ley¨® la fiscal del caso. Uno de los instructores de Edelweiss, Mill¨¢n Arroyo M¨¦ndez, tambi¨¦n neg¨® las relaciones homosexuales, pero carg¨® sobre Eddie la responsabilidad y el liderazgo del grupo y le acus¨® de haberle 9avado el cerebro".
Eddie, elegantemente trajeado, respondi¨® con evasivas a las cuestiones sobre ense?anzas y actividades de Edelweiss y con tajantes negativas a los pasajes m¨¢s escabrosos sobre presuntas relaciones homosexuales con ni?os de 11 y 12 a?os. Declar¨® hablando con rapidez en tono desafiante, y s¨®lo se alter¨® cuando uno de los abogados le pregunt¨® sobre los antecedentes "militaristas" de su familia, en la que se cuentan un par de tenientes generales.
La fiscal trat¨® de establecer que las doctrinas de Edelweiss, sobre la existencia de los planetas Nazar y Delhais eran en realidad un punto de partida de mentalizaci¨®n de los ni?os para prepararlos a las relaciones sexuales. Eddie explic¨® que Nazar era el planeta de los adultos y Delhais el de los ni?os, que exist¨ªa un enfrentamiento entre ambos pero que todo eran "historias simb¨®licas y ejemplos de ficci¨®n". Seg¨²n la acusaci¨®n el traslado de los ni?os a Delhais era una promesa con la que se incentivaba a los menores para mantener relaciones.
Eddie, sin embargo, no quiso entrar en detalles sobre estas historias y trat¨® en ocasiones de establecer un paralelismo con los s¨ªmbolos del movimiento Scout. En esa l¨ªnea acept¨® que exist¨ªa un "servicio de in formaci¨®n" dentro de Edelweiss para "reunir informaci¨®n sobre las aptitudes de los muchachos, pero no en el sentido que usted lo dice", dijo la fiscal. Tambi¨¦n acept¨® la existencia dentro de Edelweiss de un consejo de honor "calcado del movimiento Scout".
"?Eran faltas contra el honor negarse a realizar pr¨¢cticas homosexuales?", pregunt¨® la fiscal. "No, y jam¨¢s se hicieron", replic¨® EddIe. "?Mantuvo usted pr¨¢cticas homosexuales con menores?", sigui¨® la fiscal. "Jam¨¢s, y adem¨¢s, no soy homosexual".
EddIe neg¨® tambi¨¦n tener constancia de que otros dirigentes de la secta hubieran realizado tales pr¨¢cticas, pero la fiscal atac¨® de forma implacable leyendo algunas cartas y de que constan en el sumarlo. En una de: ellas se dec¨ªa: "Yo no estoy contigo solo por la cama, sabes que te quiero, Eddie". Cuando la fiscal le pidi¨® explicaciones, Gonz¨¢lez Arenas contest¨® que los ni?os estaban "coaccionados" cuando declararon. "Lo que me sorprende", a?adi¨®, "es que sea a ra¨ªz de la detenci¨®ri cuando se producen todas estas declaraciones".
Otra alud¨ªa a las "caricias y mimitos" que el dirigente de Edelweiss prodiga a algunos de los chicos. "No puedo creer que nadie haya dicho eso, es imposible, una barbaridad", negaba Eddle por toda respuesta. Pero lo peor faltaba a¨²n por llegar. La 5scal fue leyendo extractos de declaraciones de los entonces ni?os, con nombres y apellidos, una otras otra. "R. L. dice que usted le penetr¨® analmente y eyacul¨®". "Absolutamente falso". "Otro de los ni?os dice que durante una acampada en el pantano de San Juan usted le masturb¨®". "Es falso". La lista de procacidades parec¨ªa interminable hasta que Eddie ataj¨®: "No s¨¦ cu¨¢ntos quedan pero todo es f¨¢lso". La fiscal, imperturbable, sigui¨® leyendo: "Este dice aqu¨ª que Eddle le quer¨ªa echar un polvo...".
El extenso interrogatorio apenas arroj¨® nuevas luces sobre Edelweiss, organizaci¨®n ideada, seg¨²n Eddie, a partir de la lectura de El libro de la selva. Sin embargo, ya se pudo observar en esta primera jornada que la estrategia de la defensa de los 1 Winstructores es aislar en Eddie las responsabilidades.
As¨ª, Mill¨¢n Arroyo M¨¦ndez, El Milli, primero de los monitores que declar¨®, puntualiz¨® muchas de las ambig¨¹edades de Eddle sobre la organizaci¨®n en la que ingres¨® a los 13 a?os. El Milli aludi¨® a discrepancias internas por motivos econ¨®micos, puntualiz¨® las mayores relaciones de amistad entre unos y otros chicos, signific¨® "las especiales relaciones" entre Eddie y el procesado Carlos de los R¨ªos. Sin embargo, Mill¨¢n tambi¨¦n neg¨® haber mantenido relaciones sexuales con ning¨²n menor o haber o¨ªdo que nadie lo hiciera. Cuando le leyeron su declaraci¨®n policial en la que constan referencias a tocamientos y masturbaciones respondi¨® que lo dijo as¨ª para "poder salir m¨¢s pronto".
Ignacio de Miguel, hijo del soci¨®logo Armando de Miguel, y Javier Bueno fueron los ¨²nicos procesados que reconocieron haber alcanzado la graduaci¨®n de guardia de hierro y tener en la axila izquierda una se?al marcada a fuego. "Todos fuimos v¨ªctimas de su influencia", dijo Ignacio de Miguel refiri¨¦ndose a Eddle. Javier Bueno, que acompa?¨® a De Miguel a Brasil como enviado de Edelweiss, afirm¨® que todo el dinero que ganaban trabajando se lo entregaban a Eddie, quien no trabaj¨® nunca. Pero ambos negaron toda relaci¨®n homosexual con los muchachos.
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