La guerrilla exige que Estados Unidos ponga fin a su ayuda militar a El Salvador
Antes de la paz hay que organizar la postguerra. El Frente Farabundo Mart¨ª para la Liberaci¨®n Nacional (FMLN) afirm¨® ayer que la primera consecuencia del acuerdo firmado en la noche del mi¨¦rcoles debe ser la suspensi¨®n de la ayuda militar norteamericana a El Salvador. Ambas partes coinciden en que los compromisos alcanzados en Nueva York hacen irreversible el camino hacia la pacificaci¨®n, aunque el Gobierno tendr¨¢ todav¨ªa que vencer fuertes resistencias por parte de los sectores ultraderechistas instalados en las fuerzas armadas y en otros sectores de la sociedad salvadore?a.
El objetivo ahora es darle contenido a los hist¨®ricos acuerdos firmados. Lo mejor que podr¨ªa ocurrir en esa direcci¨®n, seg¨²n la guerrilla, es que el Gobierno norteamericano canalice hacia la reconstrucci¨®n del pa¨ªs la ayuda que ha estado prestando desde hace diez a?os al Ej¨¦rcito salvadore?o.Es el momento oportuno para que la ayuda militar sea transferida a la paz. Nadie entender¨ªa que en estos momentos, cuando la paz est¨¢ al alcance de nuestra mano, Estados Unidos siguiera apoyando la guerra", declar¨® el comandante Roberto Roca, uno de los cinco miembros de la direcci¨®n colectiva del FMLN.
El Salvador ha sido en la ¨²ltima d¨¦cada el pa¨ªs latinoamericano m¨¢s beneficiado por la ayuda norteamericana, que ha llegado a ser de dos millones de d¨®lares diarios. En los ¨²ltimos diez a?os se estima que EE UU ha gastado en El Salvador m¨¢s de 4.000 millones de d¨®lares. Pese a esas cifras, durante la Administraci¨®n del presidente George Bush la posici¨®n de Estados Unidos ha ido paulatinamente evolucionando en favor del respeto a los derechos humanos y en contra de la extrema derecha salvadore?a. La cantidad de ayuda para 1992 ser¨¢ discutida por el Congreso norteamericano el mes pr¨®ximo.
La guerra acaba
El subsecretario de Estado norteamericano para Asuntos Interamericanos, Bernard Aronson, coment¨® ayer que "si la guerrilla cumple lo que dicen estos acuerdos, la guerra se ha acabado". Esta opini¨®n ha sido interpretada por el FM1-N como "un signo positivo" de que la ayuda militar puede acabar.
Horas despu¨¦s de alcanzado el acuerdo, el ambiente parec¨ªa, en efecto, favorable para una reconsideraci¨®n de la pol¨ªtica norteamericana, pero todav¨ªa la reacci¨®n es de asombro por lo alcanzado. El presidente de la comisi¨®n de Asuntos Hemisf¨¦ricos de la C¨¢mara de Representantes, Robert Torricelli, declar¨® que "este ¨¦xito ha tomado a todo el mundo por sorpresa".
El comandante Roberto Roca inform¨® que el FMLN no ha mantenido durante su estancia en Estados Unidos -hecho de por s¨ª revolucionario- contactos directos con la Administraci¨®n, pero a?adi¨® que s¨ª han recibido "indicaciones" de que el Gobierno norteamericano modificar¨¢ su pol¨ªtica "en un sentido positivo".
La eliminaci¨®n de la ayuda militar norteamericana contribuir¨ªa, adem¨¢s, a desalentar a los sectores salvadore?os que se oponen a los acuerdos firmados en Nueva York y que tratar¨¢n de obstaculizarlos. El estado mayor del Ej¨¦rcito y una mayor¨ªa del partido del Gobierno, Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), se han expresado en los ¨²ltimos d¨ªas contra algunos de los puntos pactados en Nueva York, particularmente contra la creaci¨®n de una polic¨ªa civil y contra la reducci¨®n y depuraci¨®n de las fuerzas armadas.
En sus primeras declaraciones, el presidente Alfredo Cristiani, que parece navegar en solitario en estos momentos, se mostr¨®, sin embargo, muy optimista: "1991 va a ser el a?o de la paz". El comandante Roca cree que se ha creado un clima en la sociedad salvadore?a "que hace imposible que el Gobierno se pueda retractar de lo que se ha firmado". Las dos partes calificaron el acuerdo de "satisfactorio", pero una primera interpretaci¨®n permite atribuir una victoria por puntos al FMLN. En las actuales circunstancias internacionales, con los principales aliados tradicionales del FMLN derrotados o aislados, conseguir un acuerdo, no s¨®lo digno, sino que recoge algunas de las aspiraciones tradicionales de la mayor guerrilla de Am¨¦rica Latina, constituye un ¨¦xito pol¨ªtico para ellos.
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