"La homosexualidad en Edelweiss era algo normal", aseguran los 'ni?os' de la secta
Las pr¨¢cticas homosexuales de los mandos de la secta Edelweiss con ni?os de 11 o 12 a?os eran "algo normal", seg¨²n los primeros y demoledores testimonios que los entonces ni?os dirigieron ayer contra sus presuntos corruptores. Los siete primeros ni?os que ayer desfilaron ante el tribunal relataron con asombrosa entereza la s¨®rdida y alucinante historia de su captaci¨®n en el colegio y su mentalizaci¨®n para alcanzar la "libertad en el amor", antes de ser virtualmente inmolados a manos del todopoderoso l¨ªder de la secta, Eduardo Gonz¨¢lez Arenas, Eddie
L. R. tiene ahora 22 a?os, pero s¨®lo contaba 12 cuando dos de sus compa?eros de colegio le propusieron ir de acampada un fin de semana con otros compa?eros de Edelweiss. Dos muchachos m¨¢s mayores que hoy se sientan en el banquillo Antonio Guti¨¦rrez, To?o y Eduardo G¨®mez Ballesteros, Edgar, le contaron sugerentes historias de remotos planetas a los que ser¨ªan trasladados los distintos grupos de Edelweiss desde la Tierra ante el cataclismo anunciado para 1992.Para alcanzar los planetas so?ados hab¨ªa que seguir el lema de Edelweiss, amor, paz y justicia. "Al principio hablaban de la libertad del amor, pero no especificaban" rememor¨® L. R. Cuando llevaba unos ocho meses haciendo acampadas, Carlos de los R¨ªos e I?aki de Miguel les revelaron la "naturalidad" de las relaciones del amor entre hombres. "Dec¨ªan que la mujer era una imperfecci¨®n, un s¨ªmbolo de maldad, nos pon¨ªan el ejemplo de Eva". Todos les creyeron porque "despu¨¦s de contarlo, ve¨ªas que esa relaci¨®n era m¨¢s o menos habitual entre ellos".
Primera experiencia
Con gran tacto, la fiscal fue apuntalando los aspectos inevitables de los testimonio, sin entrar en detalles. L. R. tuvo su primera "experiencia" a los 13 a?os con Eddie. "Hubo un intento de coito anal, pero no lleg¨® a ser una relaci¨®n completa. El primer contacto homosexual continu¨® despu¨¦s con otra persona del grupo", a?adi¨® el testigo.
L. R. record¨® m¨¢s contactos homosexuales con Eddie, con Antonio Guti¨¦rrez, To?o y con Javier Bueno Huertas, Bicho. "En ning¨²n caso hubo coito completo, pero cuando no se llegaba al coito, se practicaba la masturbaci¨®n. Me la hac¨ªan a m¨ª y yo a los otros. Tambi¨¦n hubo caricias y tocamientos en zonas er¨®genas". Los testigos coincidieron en que una vez iniciados, "era ya algo habitual". "Nos sent¨ªamos m¨¢s integrados al ver que era normal y lo consider¨¢bamos un paso m¨¢s para alcanzar la perfecci¨®n que, como elegidos, habr¨ªa de llevarnos a un planeta".
Los entonces ni?os de Edelweiss concretaron las principales responsabilidades en un "triunvirato" dirigente integrado por Eddie, Carlos de los R¨ªos e Ignacio de Miguel. Eddie "era dialogante y lo sab¨ªa todo". Le consideraban un "extraterrestre" enviado para llevarles al Planeta de los Ni?os, al que ir¨ªan los elegidos entre los 7 y 14 a?os.
"S¨®lo pensaba en hablar con ¨¦l, en que me hiciera caso. Si a alguno le rechazaba, como fue mi caso, dol¨ªa mucho", precis¨® J M H. "Eddie siempre estaba encima de m¨ª y me masturb¨® varias veces", record¨® otro de los testigos, F. J. V, de 26 a?os, y que a los 11 entr¨® en la secta.
Todos los muchachos fueron iniciados por Eddie en la homosexualidad, salvo raras excepciones, como la de R. J. C, quien mantuvo con Mill¨¢n Alonso los primeros "tocamientos sexuales", antes de practicar con Eddie el coito anal a los 16 a?os. "Eddie eleg¨ªa a los mas atractivos y al resto los relegaba a acampadas y fuegos de campamento", record¨® otro de los testigos.
Los guardias de hierro, que en d¨ªas pasados dijeron al tribunal se presentaron como v¨ªctimas de un "lavado de cerebro" por parte de Eddie, constitu¨ªan "una secta dentro de la secta", seg¨²n sus antiguos subordinados. "Eran quienes eleg¨ªan a los menores con los que iban a dormir cuando, como en El Escorial, el grupo alquilaba una casa. Los que no aceptaban las relaciones sexuales se quedaban la tienda".
F G B., testigo de excepci¨®n en su calidad de ex guardia de hierro, asegur¨® que hab¨ªa disputas entre el triunvirato "para acostarse con los mismos chicos". A ra¨ªz de la muerte en accidente de bicicleta de un miembro de la secta, Eddie form¨® un consejo de honor e incit¨® a uno de los j¨®venes a que se hiriese con su propio machete, arma de obligada tenencia entre los menores.
Tambi¨¦n se fomentaban las relaciones de los menores entre s¨ª, pero a todos se les exig¨ªa un "juramento de silencio a muerte" cuyo transgresor nunca ir¨ªa al planeta. En las casas alquiladas por la secta, "hab¨ªa alcohol por todos lados".
Con las declaraciones de los testigos, el proceso dio un giro radical y la actitud desenfadada de los procesados se torn¨® en caras de preocupaci¨®n y r¨¢pidas y nerviosas consultas con sus abogados. La sesi¨®n comenz¨® con dos horas de retraso, hasta que el tribunal acord¨® la retirada de la sala de los medios audiovisuales y orden¨® que la prensa escrita s¨®lo publicase las iniciales de los testigos para preservar su intimidad.
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