Confabulador nocturno
He aqu¨ª un dign¨ªsimo representante del neopaganismo espa?ol denunciado por Su Santidad recientemente. Pero el paganismo de Pep¨ªn Tre no es zafio, sino ilustrado y seductor. Si la Inquisici¨®n levantara la cabeza, dar¨ªa buena cuenta de este viejo zorro con pintas, ir¨®nico, redomado, delicadamente procaz, l¨ªricamente asilvestrado, un raposo cimarr¨®n latiniparlo. Emerge a medianoche de su madriguera y se pone a fabular y confabular escoltado por una legi¨®n de sombras perfectamente amaestradas. Cuando termina su espect¨¢culo da la impresi¨®n de que no ha sido tre sino trecientos. As¨ª es ¨¦l, aunque se parapete tras un talante de atildado oficial administrativo, con su bigotito y todo.Durante una hora interpreta s¨®lo siete canciones (con t¨ªtulos tan sugerentes como O me busco una mujer, o me compro calcetines de lana; Por favor, no m¨¢s hamburguesas; El cielo puede esperar o ?Viva el Coyote!). Pero, entre canci¨®n y canci¨®n, da rienda suelta a su poderosa facundia, capaz de provocar sorpresa y jocosidad en las estatuas. No es una locuacidad improvisada, no. El muy ladino se lo tiene todo muy calculado. Es barroco como los sue?os. Su afilada lengua concita. la presencia esc¨¦nica de multitudes montaraces: un cuerpo de baile omnipresente como los gamusinos, los 12 ap¨®stoles, Louis Pasteur, un tornero fresador, Cabrera Infante, un dentista, un conductor de furgonetas buitre que se beneficia a la se?ora del artista, un matricero, un billar que se vuelve tarumba cuando el susodicho artista es besado por su novia, el Coyote, un calendario del C¨ªrculo Mercantil, la Virgen guadalupana. Una locura.
Pep¨ªn Tre
Pep¨ªn Moreno, Pep¨ªn Tre, guitarra y voz. Jos¨¦ Luis Yag¨¹e, Luis Ventura Mancuso, contrabajo. Fernando Sastre, Pirri, percusiones. Caf¨¦ del Foro. Madrid. Todos los martes de octubre.
Pep¨ªn Tre sabe muy bien lo que se trae entre manos. Tanto ¨¦l como sus excelentes m¨²sicos proceden del jazz y del mejor pop. Suenan compactos, profesionales, seguros. Por otra parte, Pep¨ªn Tre tiene una voz estupenda y resultona. Domina todos los ritmos, del rock and roll a la rumba, pasando por el blues o el bolero. Y consigue que el p¨²blico siga con atenci¨®n sus historias, sus desatinos, sus envenenadas met¨¢foras, cosa nada f¨¢cil en un caf¨¦ cantante.
Curtido en actuaciones tabernarias, en estos momentos prepara su primer ¨¢lbum, que puede ser la gran novedad de la presente temporada para los amantes del amor y del humor. Porque aqu¨ª, tras las celos¨ªas del escepticismo y la iron¨ªa, hay mucha pasi¨®n: "Cuando me besas, hasta la mesa de billar se vuelve loca".
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