La democracia, para ma?ana

En 1993, dentro de s¨®lo 15 meses, el 65% de la legislaci¨®n que se aplicar¨¢ en Espa?a tendr¨¢ procedencia comunitaria. Es decir, no habr¨¢ sido originada ni en el Consejo de Ministros espa?ol ni en.el Congreso de los Diputados, sino en decisiones previamente aprobadas por 12 personas, una sola de las cuales ser¨¢ espa?ola. En algunos casos, adem¨¢s, esas decisiones habr¨¢n sido adoptadas por mayor¨ªa simple y, quiz¨¢, con el voto en contra del representante de Espa?a. No por ello dejar¨¢n de ser de obligado cumplimiento para todos los ciudadanos.No se trata, obviamente, de un "problema espa?ol", puesto que las circunstancias son iguales para los otros pa¨ªses miembros de la CE. En todos los casos se plantea, sin embargo, la misma interrogante: ?las decisiones que se adoptan en el Consejo Europeo (reuni¨®n de jefes de Gobierno) o en los consejos de ministros tienen suficiente control democr¨¢tico? ?C¨®mo, puesto que legalmente no son responsables ante nadie? Muchas voces estiman que no, que existe lo que ya se conoce como "d¨¦ficit democr¨¢tico europeo" y que las dudas ser¨¢n todav¨ªa mayores tras la firma del tratado hacia la uni¨®n.

El propio tratado (como todos los que afectan a materias internacionales) ser¨¢, sin duda, sometido a la ratificaci¨®n de los Parlamentos nacionales, pero ¨¦stos s¨®lo podr¨¢n expresar su opini¨®n de forma global, sin modificarlo ni enmendarlo. Su rechazo supondr¨ªa adem¨¢s la ca¨ªda del Gobierno correspondiente.

El ministro espa?ol de Asuntos Exteriores, Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, admiti¨® en p¨²blico el pasado mi¨¦rcoles que "o somos capaces de ir hacia un Parlamento Europeo (PE) diferente del actual o habr¨¢ que buscar alg¨²n sistema para que los Parlamentos nacionales se enteren de algo, porque la verdad es que ahora no se enteran de nada". Y el Italiano Giulio Andreotti, amigo de las paradojas, dijo recientemente que si se aplicaran a la CE los mismos criterios de democracia que se exigen para entrar, ella misma no podr¨ªa ser miembro.

Los Gobiernos de la mayor¨ªa de los pa¨ªses estiman que la legitimidad democr¨¢tica est¨¢ asegurada desde el momento en que los presidentes de los Ejecutivos han sido elegidos, se someten peri¨®dicamente a las urnas y pueden ser censurados por sus respectivos Parlamentos.

Aun as¨ª, algunos Ejecutivos, como el alem¨¢n, consideran que no se puede continuar en la v¨ªa de la uni¨®n sin ampliar y reforzar las competencias del Parlamento Europeo. En la actualidad, sus poderes reales son casi inexistentes: puede rechazar el nombramiento de presidente de la Comisi¨®n y bloquear -tambi¨¦n de forma global, sin introducir modificaciones- el presupuesto comunitario. El nuevo tratado Fijar¨¢ probablemente alguna nueva capacidad, pero en cualquier caso nada que permita considerar que el "d¨¦ficit democr¨¢tico" ha desaparecido. Michel Tropper, profesor de Derecho Constitucional franc¨¦s, considera, bien al contrario, que el tratado que salga de Maastricht no le dar¨¢ m¨¢s poderes, en la mejor de las hip¨®tesis, que los que otorg¨® la monarqu¨ªa borb¨®nica a la Asamblea Nacional francesa en 1814.

Los partidarios de conceder un mayor papel al PE recuerdan que sus diputados han sido elegidos tambi¨¦n por sufragio universal y consideran fr¨ªvolos a quienes pretenden sacudirse el problema alegando que el Parlamento Europeo no ha demostrado seriedad: "Basta con ver cu¨¢ntos parlamentarios nacionales acuden a sus plenos para asegurar que los eurodiputados son bastante m¨¢s serios".