La v¨ªctima de Reikiavik
Michel ha sido designado responsable de la cat¨¢strofe ante Islandia. La federaci¨®n pidi¨® el cambio, solicitud animada desde diversos sectores de la Prensa. Todos los cambios se han reducido a uno: Michel. Miera le ha se?alado con el dedo y ha exculpado a los dem¨¢s.Desde el 20 de noviembre de 1985, el interior madridista ha disputado 58 partidos con la selecci¨®n. En este periodo se ha establecido como un jugador muy cotizado, pero tambi¨¦n pol¨¦mico. Michel ha sido sancionado con nueve partidos por la UEFA despu¨¦s de un partido con el PSV Eindhoven; ha abandonado la cancha en un encuentro de Liga y ha protagonizado un sonado incidente con Pizo G¨®mez en un atasco.
Mientras tanto, sus relaciones con un amplio sector de la Prensa han sido bastante tirantes. Un peri¨®dico de tirada nacional le acus¨® de todos los males ante Uruguay en el Mundial y aquel mismo d¨ªa el denostado n¨²mero 21 de la selecci¨®n marc¨® los tres goles ante Corea del Sur. El ataque y el c¨¢ntico a Michel aparecieron en p¨¢ginas contiguas.
El ¨²ltimo conflicto ha sido con Valderrama: el c¨¦lebre toque-toque en la zona candela. El c¨¦nit de una figura controvertida. La pol¨¦mica conducta de Michel le convert¨ªa en la v¨ªctima cantada tras el fiasco de Islandia. Sin embargo, la confecci¨®n de un equipo debe obedecer a criterios objetivos. Y los datos que ofrece Michel actualmente son irrefutables. Ha marcado un gol y ha entregado cinco pases que se han convertido en goles del Madrid, un equipo que ha ganado todos los partidos. Su porcentaje de participaci¨®n decisiva en las jugadas de gol asciende al 66,6% en los 9 goles del Madrid. Ning¨²n futbolista espa?ol se acerca a estas cifras de porcentajes.
Y su juego s¨®lo puede definirse como extraordinario. En Bilbao impresion¨® -un diario local titul¨® a toda plana: "Esta vez nos las toc¨® a todos"- y frente al C¨¢diz estuvo espl¨¦ndido. Son datos que convierten a Michel en un jugador que vive en estado de gracia el inicio de esta temporada, pero que ha pagado por el coro de cr¨ªticos.
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