El secreto y saber de su oficio
El abuelo fue labrador all¨¢ en el pueblo. Hoy es una sombra de lo que fue. Hura?o, intransigente, pero muy digno, con la mente vagando fijamente por el verde campo perdido, contempla su apasionada juventud revolucionaria.Los a?os intenninables esperando in¨²tilmente que la reforma agraria quedase en algo m¨¢s que eterno discurso pol¨ªtico manipulador. Un ilusionado batir de tambores llamando al cooperativismo agrario contra el comercio desalmado. Los recelos del comercio y agricultores libres contra el auge de las cooperativas. El zafarrancho,de cooperativas y comercio contra el agricultor independiente.
Habla superado todas las conjuras contra el campo. Hasta que lleg¨® el esc¨¢ndalo de la CE, y el Mercado Com¨²n, reglamento en mano, entr¨® en Espa?a. A partir de entonces supo que su raza no iba a tener salvaci¨®n: ser¨ªa implacablemente reducida a s¨®lo un 4% de la sociedad.
Se impone definitivarnente el latifundio global, el caciquismo tecn¨®crata, el cruel imperio del mercado libre especulador. Encerrado, con otros supervivientes, en la fr¨ªa reserva urbana, el d¨ªa 1 de cada mes se pasa por el economato bancario a reponer los fondos de su m¨ªsera pensi¨®n, para mirar cara a cara a la hija, el yerno y los nietos que amparan sus ¨²ltimos a?os.
De la vida aprendi¨® que los tres bienes mayores y m¨¢s dif¨ªciles de lograr son: salud, libertad y el punto medio. Que el ser humano est¨¢ muy expuesto al fracaso porque "de joven no se ven las cosas, y de viejo no tienen remedio".
Del campo conoce todas las pruebas y todos los errores. Se calla m¨¢s de una verdad inconfesable; por ejemplo, que la igualdad es un robo, y que la venganza no es siempre condenable. Su venganza personal est¨¢ clara: al morir se llevar¨¢ consigo el secreto de su oficio, todo su saber acumulado sobre ese ciclo gratificante de tierra cultivada, climas y cosechas.-
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