Francia da una lecci¨®n de personalidad a Espa?a
La lluvia se llev¨® el embrujo sevillano. 67 a?os, 10 meses y 4 d¨ªas despu¨¦s del deb¨² de la selecci¨®n en Sevilla, lleg¨® la derrota. Francia, con un colectivo m¨¢s ambicioso y un juego m¨¢s r¨¢pido y eficaz, destroz¨® uno de los pocos mitos que nos quedan a estas alturas del siglo. Han tenido que pasar casi 25.000 d¨ªas y 28 partidos internacionales -24 victorias y tres empates-, desde el 16 de diciembre de 1923, para que Espa?a perdiese en estas tierras. Pueden encontrarse ciertos consuelos: Francia no es Islandia y ayer tambi¨¦n qued¨® eliminada de la Eurocopa la selecci¨®n de Italia, el otro pa¨ªs, junto a Espa?a, que m¨¢s dinero gasta en el f¨²tbol. Pero la derrota de ayer debe servir para profundizar en la autocr¨ªtica espa?ola.Es muy duro ir perdiendo por 0-2 a los 15 minutos a causa de dos errores defensivos, y eso es lo que le sucedi¨® ayer a Espa?a. A¨²n as¨ª, y pese a que salv¨® el K. O, la selecci¨®n mostr¨® varios puntos que deben llevar a la reflexi¨®n. Los hubo negativos, como que Mart¨ªn V¨¢zquez jam¨¢s llev¨® el peso del equipo, o que Sanchis cometi¨® un par de graves errores de concentraci¨®n, o que los nuevos apenas aportaron nada. Pero tambi¨¦n los hubo positivos: Zubizarreta reapareci¨® en la segunda parte evitando dos goles, y Butrague?o fue el veterano que m¨¢s pele¨®.
Pero el aspecto m¨¢s negativo de la selecci¨®n fue, una vez m¨¢s, la falta de personalidad del colectivo. Francia, que en teor¨ªa llegaba m¨¢s relajada al partido porque virtualmente ya estaba clasificada, fue la que sali¨® imponiendo un juego duro, una presi¨®n muy fuerte y un movimiento r¨¢pido del bal¨®n. En dos robos de bal¨®n se coloc¨® con el 0-2.
Espa?a replic¨® sin creer en sus propias posibilidades. Desaparecido Mart¨ªn V¨¢zquez, en una posici¨®n excesivamente adelantada y claramente afectado por una crisis de autoconfianza, Fernando Hierro se convirti¨® en el organizador. Y Hierro, aunque puso empe?o, no tiene el oficio de ese puesto. Abus¨® de los balones largos y arriesgados. En los carriles mandaba Francia, y las opciones eran tan escasas para Espa?a que la zona de riesgo en el pase, habitualmente en los ¨²ltimos metros, se traslad¨® al centro del campo, con la consiguiente p¨¦rdida de balones. El gol de Abelardo y especialmente la entrada de Eusebio en el descanso, dieron m¨¢s ambici¨®n a Espa?a. Vicente Miera sacrific¨® a un defensa para lograr la superioridad en el centro del campo. Era una apuesta arriesgada, porque la selecci¨®n jug¨® con tres defensas en la segunda mitad. Empuj¨® a Francia hacia su zona defensiva, aumentando la presi¨®n del centro del campo, aunque luego no la remat¨®. Cuando m¨¢s cerca estuvo fue al final, cuando ?lvaro a?adi¨® velocidad en la banda. De hecho, Francia se acerc¨® mucho m¨¢s al gol, con tiros de Deschamps (m. 66), y Papin (m. 70 y 91) que salvaron Zubizarreta, por dos veces, y Abelardo, bajo los palos.
La derrota reabrir¨¢ el debate sobre la selecci¨®n. Espa?a, sin necesidad de llevar a cabo una caza de brujas o un retorno de la Inquisici¨®n, necesita cambios. Y no tanto de nombres -el p¨²blico reclamaba ayer a Michel tanto como se le criticaba antes- como de personalidad. Francia tiene dos grandes jugadores, Blanc y Papin, pero el resto, como se vio anoche, compensan su falta de virtudes t¨¦cnicas con ambici¨®n y fe en s¨ª mismos.
El gran tab¨² de Espa?a est¨¢ en mantener a grandes jugadores aunque est¨¦n en manifiesta baja forma, como fue el caso ayer -y en los ¨²ltimos partidos- de Mart¨ªn V¨¢zquez. El cambio deber¨ªa buscar un esp¨ªritu colectivo y prescindir de esa, supeditaci¨®n enfermiza a las personalidades individuales. Cuando la selecci¨®n se reencuentre a s¨ª misma, cuando recupere la alegr¨ªa y la garra de anta?o, podr¨¢ ganar o perder, pero por lo menos no dejar¨¢ el mal sabor de boca de las dos ¨²ltimas derrotas.
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