Historia con ruleta rusa

Frente a la revoluci¨®n rusa, Occidente oscila entre un entusiasmo na?f -ineluctable victoria de la democracia- y una nostalgia inc¨®moda -mejor, comunismo que caos- En realidad, no hay sino una serie de preguntas sin respuesta:?Est¨¢ Europa a punto de inventar una situaci¨®n nueva, la del desorden sin violencia? ( ... ) La lamentable guerra de los Balcanes parece m¨¢s una excepci¨®n que un ejemplo. Al reforzarse esta paradoja con la ca¨ªda del totalitarismo sin el menor derramamiento de sangre, se puede esperar que ( ... ) las sociedades del Este absorban a su manera las crisis y los abscesos, y que hagan al menos un buen uso de la pasividad del homo sovi¨¦ticus.

?Entramos en una etapa en que la soberan¨ªa econ¨®mica y la soberan¨ªa pol¨ªtica van a disociarse de forma duradera? ( ... )

?No hemos asistido a una revoluci¨®n del siglo XIX, del tipo de las tres gloriosas, conducida por una ¨¦lite cultivada, ante la indiferencia de las masas? ( ... )

?De qui¨¦n es acreedor hoy Occidente? ?De la Uni¨®n?, lo que supone que controla las divisas y la pol¨ªtica monetaria, ?De Rusia?, lo que comporta una pre ponderancia imperial ?De todas las rep¨²blicas?

Al calibrar estas incertidumbres s¨®lo hay una convicci¨®n que se impone: la historia de 1989 a 1991 se ha descongelado. En adelante va a innovar y, por primera vez quiz¨¢, va a jugar a la ruleta rusa.

13 de octubre