Fabulilla delicada y triste

Una bobadita de don Pedro: un cuentecillo donde relata, a la manera buc¨®lica y pastoril, con cazadores, pastores y zagalas, la f¨¢bula de Eco y Narciso: la ninfa condenada a repetir siempre el sonido final de lo que escucha, el muchacho enamorado de s¨ª mismo, de su belleza.Un amor imposible, un castigo de los fastidiosos dioses, y el desencanto de Calder¨®n, con sus briznas de Segismundo y su miedo ante la realidad -sin aquella fuerza-; con metaforas que ¨¦l y otros repitieron hasta la saciedad -la oscuridad que muestran hoy viene del cambio de lenguaje: entonces eran habituales en la poes¨ªa popular-sin que falte, naturalmente, la belleza suelta de alg¨²n verso.

Ernesto Caballero, como adaptador, la respeta todo lo que puede (dos horas y media); como director, la adorna con su elegancia de siempre, y con ese toque de distinci¨®n que pone en los detalles, con el valioso Carlos Marquer¨ªe.

Los actores son demasiado j¨®venes, demasiado peque?os para ser presentados como grandiosos personajes barrocos y mitol¨®gicos; se aceptan mejor por el recurso a la intemporalidad de la acci¨®n, y por la sencillez de esos personajes as¨ª trasladados.

Mejores los versos en las protagonistas, Susana Hern¨¢ndez y Rosa Savoini, con las ventajas de siempre que tiene el gracioso, Janfri Topera. Como siempre, y sobre todo en esta cuidadosa compa?¨ªa, tan intelectual, hay m¨¢s estudio, m¨¢s trabajo, m¨¢s intenci¨®n de descifrar de lo que puede llegar al p¨²blico.