El ¨¢rbol, fuente de vida
Lamentablemente, es s¨®lo ante la ausencia del bosque cuando se valora su importancia y su papel fundamental para el desarrollo ,de la vida en nuestro planeta. Sin embargo, a¨²n no es tarde para intervenir y frenar la r¨¢pida p¨¦rdida de la superficie boscosa del planeta.Actualmente, cuando la tasa de deforestaci¨®n anual alcanza unos 17 millones de hect¨¢reas, el hombre ha tomado conciencia del papel que cumple el bosque y de que s¨®lo su preservaci¨®n puede asegurar la supervivencia del mundo. Los ¨¢rboles contribuyen de manera determinante a la vida de las poblaciones de menores recursos, ya que son fuente de alimento, abrigo, forraje y medicamentos; pero adem¨¢s proveen ,al ser humano de aire limpio y de un ambiente sano.
Valor social
Por este motivo, en la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO) hemos elegido el lema El ¨¢rbol, fuente de vida para el D¨ªa Mundial de la Alimentaci¨®n de este a?o, que se celebra el 16 de octubre. La finalidad es resaltar el valor social, ecol¨®gico y econ¨®mico que cumple el ¨¢rbol, su importancia en la vida cotidiana y su contribuci¨®n al bienestar de todos los habitantes de la Tierra.
Son los ¨¢rboles los que nos ofrecen la posibilidad de mantener una agricultura sostenible y lograr un crecimiento econ¨®mico duradero ante las exigencias urgentes de un mundo en expansi¨®n. Hoy la poblaci¨®n mundial asciende a 5.000 millones de personas, y se espera que para el a?o 2025 esta cifra aumente a 8.500 millones, para lo cual ser¨¢ necesario un suministro estable y seguro de alimentos. En los pa¨ªses en desarrollo, donde el crecimiento de la poblaci¨®n es m¨¢s acelerado, se tendr¨¢ que aumentar la producci¨®n agr¨ªcola en un 60% durante los, pr¨®ximos 30 a?os para satisfacer las necesidades de alimento de la poblaci¨®n.
Sin embargo, nos enfrentamos a la vez a una acelerada degradaci¨®n del ambiente que hace perder anualmente entre cinco y siete millones de hect¨¢reas de terreno de labranza, reduciendo la capacidad productiva de la tierra y la calidad de vida de millones de personas que habitan en las zonas rurales. La erosi¨®n y la p¨¦rdida de suelos a causa de la deforestaci¨®n, el uso inadecuado o excesivo de productos qu¨ªmicos y la presi¨®n demogr¨¢fica sobre las tierras podr¨ªan convertir en desiertos improductivos un tercio de las tierras cultivables del mundo para el final de este siglo.
Este panorama desolador llevar¨ªa a una sensible disminuci¨®n de la producci¨®n de alimentos, y el n¨²mero de personas afectadas por el hambre aumentar¨ªa de manera alarmante. Ya en nuestros d¨ªas, unos 500 millones de personas sufren de malnutrici¨®n, y otros 15 millones mueren anualmente de hambre o por enfermedades ligadas a este factor. Para aquellos que viven en el bosque o de sus recursos, que son unos 300 millones de personas, y para los que indirectamente se benefician de ¨¦l, que en esencia abarca la totalidad de la humanidad, la preservaci¨®n del patrimonio forestal se convierte en una cuesti¨®n de vida o muerte.
Deforestaci¨®n y pobreza
Los ¨¢rboles son fuente de vida, contribuyendo a incrementar el rendimiento de los cultivos y a incorporar tierras marginales a la producci¨®n. Sin embargo, el crecimiento demogr¨¢fico, en especial en los pa¨ªses m¨¢s pobres, presiona sobre los bosques y causa su degradaci¨®n, ya que son explotados de forma casi desesperada para la sobrevivencia sin una gesti¨®n racional y duradera que tenga en cuenta las necesidades de conservaci¨®n. La deforestaci¨®n es hija de la pobreza, de la escasez de tierras cultivables, de la falta de tecnolog¨ªa y de medios financieros, del endeudamiento y del crecimiento descontrolado de la poblaci¨®n. Por ello, para cuidar el bosque no basta denunciar la destrucci¨®n: las causas se remontan al subdesarrollo y la marginaci¨®n en que se encuentran muchas naciones.
La FAO, consciente de este problema, est¨¢ realizando diversos esfuerzos de gran envergadura, como el Programa de Acci¨®n Forestal en el Mediterr¨¢neo y el de Acci¨®n Forestal en los Tr¨®picos (PAFT). Este ¨²ltimo apoya a los pa¨ªses en desarrollo para poner fin a la degradaci¨®n y a la destrucci¨®n de los bosques tropicales, formulando e implementando planes nacionales para el aprovechamiento sostenible y la conservaci¨®n de los recursos forestales. Adem¨¢s, la FAO organiz¨® el X Congreso Forestal Mundial, que se realiz¨® en Par¨ªs entre los d¨ªas 17 y 26 de septiembre del presente a?o. Las conclusiones de la reuni¨®n se dieron a conocer en la Declaraci¨®n de Par¨ªs, donde se hace una propuesta concreta para el desarrollo sostenible del bosque, comenzando por solucionar las causas de la deforestaci¨®n. Adem¨¢s, se hizo una llamada a los l¨ªderes mundiales para integrar las conclusiones del congreso en sus agendas de trabajo y tambi¨¦n se apel¨® a todas las personas para que realicen esfuerzos tendentes a proteger el bosque, que es el patrimonio que le dejamos a las generaciones futuras.
Por ello, todo esfuerzo para frenar la destrucci¨®n de los bosques debe unir voluntades a escala mundial y no s¨®lo se?alar algunas naciones que se ven obligadas a utilizar sus recursos para subsistir. La lucha contra la deforestaci¨®n y sus consecuencias implica atacar el problema desde sus ra¨ªces. La tarea no es f¨¢cil, se necesita el compromiso y sacrificio de todos.
El bosque ha estado desde siempre ligado al hombre, d¨¢ndole protecci¨®n, alimentos, calor y hasta inspiraci¨®n cultural. Gracias a ¨¦l, la humanidad logr¨® desarrollarse y llegar a la era actual. Ahora depende de nosotros continuar con un desarrollo arm¨®nico, s¨®lo posible con la toma de conciencia de la importancia del ¨¢rbol y de lo fundamental que es para la vida su protecci¨®n. La erradicaci¨®n de la pobreza y del hambre ser¨¢ posible si se termina con la continua violaci¨®n de la naturaleza y se comprende cabalmente que el ¨¢rbol es fuente de vida. La responsabilidad recae sobre todos nosotros.
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