Un saldo car¨ªsimo

El empresario abulense Jumillano actu¨® con habilidad y astucia que caracteriza a gran parte de sus colegas taurinos, pues mont¨® para esta tercera feria de ?vila un cartel con un saldo ganadero, dos diestros (Palomar y Campano) de escasa cotizaci¨®n y a precios car¨ªsimos. La respuesta popular fue la que se merec¨ªa el cartel y en el c¨®modo y moderno coso se juntaron unos centenares de aficionados. Fue un escarmiento para el empresario. Las dificultades que daban semejantes gayumbos, a excepci¨®n del quinto, lograron hasta desenga?ar a los coletudos. As¨ª, un Jos¨¦ Luis Palomar con escaso sitio se limit¨® a aguantar las result¨ªas y coladas por ambos pitoncetes del que abri¨® el aburrido festejo, al que ni banderille¨®. S¨ª lo hizo, desigual, con el cuarto, con el que albore¨® la ¨²nica cadenciosa ver¨®nica del festejo. Despu¨¦s el mostrenco se acam¨® y Palomar lo mat¨® de una magn¨ªfica estocada.

Tambi¨¦n Luis Miguel Campano demostr¨® lo poco que act¨²a y no supo someter la derrotona cabeza del rebrincado segundo. Sin embargo tuvo la suerte de pechar con el ¨²nico animal relativamente parecido a un toro bravo, el quinto, el de mayor trap¨ªo. Prendi¨® su celo en una mezcolanza de series: ora aprovechando su embestida vivaz para lucirse en redondos y naturales, ora con alg¨²n barullo destemplado, pases del reclinatorio y desplantes. Mientras, el respetable bat¨ªa palmas con frenes¨ª, bien es cierto que tambi¨¦n para calentarse las manos, ya pr¨®ximas a la congelaci¨®n.

El Fundi, con m¨¢s de 30 contratos esta temporada, anduvo a gorrazos. Al parado tercero le aplic¨® toreo extractivo de mingurria art¨ªstica que el bicho se trag¨® a rega?adientes, antes de que El Fundi se vengara de tan escasa colaboraci¨®n con un espadazo pescuecero. El colorao ¨²ltimo, aplomad¨ªsimo, era imposible para la lidia por inasequible a los se?uelos. Su matador lo despen¨® r¨¢pido y los asistentes marcharon con mayor rapidez en busca del co?¨¢ reparador.