Entre los primeros 'planetables,'
No hace falta ser ning¨²n enterado para que la noticia de que Mu?oz Molina ha obtenido el premio Planeta cobre todo el valor de una constataci¨®n. El no es el primero, ni ser¨¢ desde luego, el ¨²ltimo de los "nuevos" narradores en morder tan suculento anzuelo.Pero m¨¢s all¨¢ de las contingencias que, por lo que a esta convocatoria se refiere, pueden haber colaborado en la decisi¨®n del jurado, no cabe duda de que Mu?oz Molina se contaba, por derecho propio, entre los primeros de la lista (de la lista de autores planetables, se entiende, fuera de que se cuente tambi¨¦n -o no- en otras listas de m¨¢s pol¨¦mico consenso). Menos una cara bonita, Mu?oz Molina lo tiene casi todo. Juventud y talento, por supuesto; (de un tiempo a esta parte, basta que uno disponga de cualquiera de estos dos atributos para que el otro, como el valor al soldado, se le suponga); pero tambi¨¦n -y para lo que importa- buenas historias que contar y buenas maneras con que hacerlo.
Cuesta pensar en un autor m¨¢s emblem¨¢tico de los valores narrativos que con tanto estr¨¦pito y ajetreo, se han consagrado en Espa?a durante la pasada d¨¦cada. Y es virtud de Mu?oz Molina el haberse impuesto tan un¨¢nimemente, detectando, con su fino olfato literario, cu¨¢l era la brecha por la que abrirse paso -sin perder su pista- entre los maestros.
Algo tiene, desde luego, este novelista para ser siempre el primero de la clase, y lograr Incluso la severa aprobaci¨®n de ce?os tan fruncidos como el de Juan Mars¨¦. Haza?a tanto m¨¢s meritoria por cuanto lo consigue sin sonsacar la m¨¢s breve sonrisa.
El sentido del humor es de las pocas cosas de que Mu?oz Molina anda escaso. De casi todo lo dem¨¢s, va m¨¢s bien sobrado; seg¨²n y c¨®mo, hasta demasiado. Y quiz¨¢s la incertidumbre que dota de m¨¢s aliciente a su nueva novela es la de averiguar qu¨¦ nuevos talentos habr¨¢ incorporado a su oficio o si habr¨¢ sabido librarse de algunos otros, y si es as¨ª, de cu¨¢les (?la consistencia arquet¨ªpica de sus personajes, los exagerados contrastes de sus escenograf¨ªas cinematogr¨¢ficas, la sordina saxof¨®nica de sus historias, o esas frases que compiten por cobrarse cada una su propia presa, ense?ando sus doradas dentaduras?).
Y es que como es sabido, en literatura hay algo mucho m¨¢s peligroso que el fracaso, y es un ¨¦xito rotundo. Tan rotundo como el de Mu?oz Molina, premio Nacional y de la Cr¨ªtica, premio de ventas y, ahora, premio Planeta.
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