El Bar?a fue menos suplente que el Atl¨¦tico
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Los segundos titulares del Barcelona derrotaron a los suplentes del Atl¨¦tico de Madrid. Estos partidos se inscriben entre las tradiciones m¨¢s saludables del f¨²tbol ingl¨¦s. Los equipos reservas se enfrentan cada semana en una especie de campeonato en la sombra. Es una costumbre vieja y sensata. Los jugadores no se oxidan, se miden en unos encuentros competidos, demuestran sus condiciones al m¨ªster y no se desalientan demasiado por su condici¨®n de segundones. Los entrenadores aprovechan el tiempo para establecer variantes t¨¢cticas y seguir la pista a los chicos. Tambi¨¦n los aficionados ganan algo: se divierten con ese extremito que duerme en el olvido del entrenador cada domingo. En Inglaterra tambi¨¦n existe la Supercopa. Se llama Charity Shield y sirve para abrir la temporada de f¨²tbol. Como es un partido solemne, se juega en Wembley y re¨²ne a 80.000 personas. Las televisiones de medio mundo pujan por los derechos de retransmisi¨®n, y hacen bien. Es un partido muy serio, querido por los jugadores y los aficionados. Los suplentes se sientan en el banquillo y se mueren por entrar en la cancha.
Aqu¨ª vivimos con la tuerca cambiada. La Supercopa es el ¨²nico torneo de suplentes que se juega en Espa?a. Son dos partidos que no interesan a nadie. En el Manzanares s¨®lo se congregaron los recalcitrantes del f¨²tbol, una especie que traga lo mismo una Supercopa de pega que una pachanga en el patio de lo mismo. Lo importante es ver como corre la bola. Todos esos eran 15.000, o as¨ª El f¨²tbol espa?ol es defectuoso y torpe donde el ingl¨¦s es listo y sensato. No hay una Liga de suplentes y los futbolistas sufren el desperdicio de la inactividad. Los entrenadores no pueden introducir cambios en la pizarra, ni ver a los olvidados. Los hinchas duros no pueden disfrutar de ese extremito represaliado. Y la Supercopa es un chiste.
En este plan, el Barcelona fue menos suplente y gan¨®. Este matiz jer¨¢rquico no se sabe si deb¨ªa a un mayor aprecio del Bar?a por el partido o a la evidencia de que Cruyff ha alineado a dos docenas de jugadores en los seis partidos de Liga. Y asi las cosas, todo el mundo es reserva y titular en el Barcelona. En el Atl¨¦tico, no. All¨ª, los aficionados se saben la alineaci¨®n de memoria. Ante el Bar?a, s¨®lo Donato ten¨ªa galones de titular.
La mayor enjundia del Bar?a fue evidente durante todo el encuentro. Guardiola tuvo un par de metros para mover la pelota y dirigi¨® el encuentro con cierta autoridad. Amor demostr¨® que es uno de los escasos centrocampistas espa?oles que tiene calidad, mala uva y llegada al ¨¢rea. Salinas reforz¨® su vieja querencia por fallar las cosas sencillas. En el Manzanares no pudo triunfar donde le gusta, en los asuntos complicados. Era un partido de medio pelo y Salinas s¨®lo se estira en los choques grandes, cuando tiene que cargarse a Spasic, o a Ruggeri, o a toda la defensa del Atl¨¦tico, como en la pasada final de Copa.
Para Luis, el partido fue un ensayo de laboratorio con una defensa en l¨ªnea y muy adelantada, un homenaje a su querido Sacchi. No funcion¨® nada bien el invento, porque no hubo presi¨®n sobre la pelota y los centrocampistas de Cruyff se hartaron de cruzar balones largos. No hubo mucho m¨¢s por parte rojiblanca. Quiz¨¢ alguna internada valerosa de Aguilera, alg¨²n apunte interesante del novato L¨®pez y la solvencia de Donato. Claro que Donato es un titular en toda regla.
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