"La intelectualidad cubana no tiene vida"
El escritor y acad¨¦mico cubano Manuel D¨ªaz Mart¨ªnez, uno de los m¨¢s destacados poetas de la generaci¨®n del 50 en la isla, piensa que "la intelectualidad cubana no da s¨ªntomas de vida ante los grav¨ªsimos problemas que afronta la naci¨®n". D¨ªaz Mart¨ªnez, de 55 a?os, abraz¨® en su d¨ªa la revoluci¨®n impulsado por su pensamiento izquierdista, pero el tiempo le procur¨® una serena reflexi¨®n, que le ha convertido en uno de los pilares del movimiento democr¨¢tico naciente en la isla, que exige ya p¨²blicamente cambios en el sistema. Respetado y admirado fuera y dentro de Cuba, este poeta amigo de Rafael Alberti y contempor¨¢neo de Severo Sarduy, Roberto Fern¨¢ndez Retamar y Guillermo Cabrera Infante, entre otros, piensa -cuando el r¨¦gimen acaba de celebrar el cuarto congreso del Partido Comunista Cubano- que a Cuba le ha llegado la hora de un gran debate nacional, sin discriminaciones ideol¨®gicas, que le procure una pac¨ªfica inserci¨®n en el mundo de los pa¨ªses libres y democr¨¢ticos.
D¨ªaz Mart¨ªnez fue, con 22 a?os, uno de los primeros becarios de la revoluci¨®n cubana en el exterior. Amigo del escritor y poeta comunista Eduardo Gallego, entonces alcalde de Caracas, fue v¨ªctima del r¨¦gimen del general Franco cuando, con intenciones de residir durante una temporada en Espa?a, fue desviado por la polic¨ªa de la dictadura a Par¨ªs por ser comunista y revolucionario. A?os m¨¢s tarde, ya realizado en la poes¨ªa, encontr¨® en Espa?a y en los intelectuales de su generaci¨®n la familiaridad cultural que en aquellos tiempos ansiaba, y hoy es reclamado por la Universidad de C¨¢diz -su segunda ciudad despu¨¦s de La Habana- para dirigir durante unos meses un taller de poes¨ªa por el que ya pasaron escritores y poetas de la talla del argentino Daniel Moyano o del espa?ol Carlos Edrnundo de Ory.
Un debate p¨²blico
Seg¨²n D¨ªaz Mart¨ªnez, "la actividad intelectual en el interior de Cuba est¨¢ desarroll¨¢ndose al margen de los problemas nacionales. Es como si la cultura no formara parte de estos problemas". Y a?ade: "Es verdad que existen dificultades muy serias de ¨ªndole material, como la escasez de papel, que obstaculizan la publicaci¨®n de libros y revistas. Pero, al margen de esto, la intelectualidad no da s¨ªntomas de vida ante los grav¨ªsimos problemas que afronta la naci¨®n. Sabemos que hay opiniones y criterios, pero no se expresan. Y al no expresarse no pasan a constituir lo que debieran ser: un debate p¨²blico". La primavera pasada, D¨ªaz Mart¨ªnez sufri¨® la represi¨®n pol¨ªtica en sus propias carnes al suscribir el llamado Manifiesto de los Diez, la primera proclama democr¨¢tica de la oposici¨®n en el interior de la isla. Fue autom¨¢ticamente expulsado de la Uni¨®n Nacional de Escritores y Artistas de Cuba; marginado en su trabajo como periodista y acusado de colaborar con la CIA por el diario, ¨®rgano del Partido Comunista Cubano.
"No ped¨ªamos en ese manifiesto ni el cielo ni la Luna", dice. "Era un documento elemental y moderado donde solicit¨¢bamos elecciones directas a la Asamblea Nacional sin restricciones, la eliminaci¨®n de las limitaciones obligatorias, una amnist¨ªa para los presos pol¨ªticos, la reactivaci¨®n del mercado libre campesino y la asistencia de organismos dependientes de Naciones Unidas para evitar la escasez de medicinas y el previsible aumento de la mortalidad infantil".
"Estamos en Cuba en una situaci¨®n l¨ªmite", se?ala D¨ªaz Mart¨ªnez. "Hace falta valent¨ªa para afrontar los problemas, y por ser delicado y dif¨ªcil el momento hay que escuchar a todo el mundo. Queremos un debate nacional y no s¨®lo un criterio que venga de una sola parte. Creo que cualquier cubano puede estar en condiciones dentro del pa¨ªs de proporcionar ideas inteligentes, y lo que hay que garantizar es que las pueda dar".
"Ahora me siento en Cuba con m¨¢s libertad porque tengo menos miedo", dice, por ¨²ltimo, D¨ªaz Mart¨ªnez. "Son tan graves los problemas, que nos impulsan a hablar y a participar".
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