Santiago Genov¨¦s Antrop¨®logo"La b¨²squeda del poder es la principal causa de la violencia"
Santiago Genov¨¦s, autor de 30 libros y 250 publicaciones especializadas, director del Instituto de Investigaciones Antropol¨®gicas de la Universidad de M¨¦xico, se hizo famoso por el experimento de la balsa Acali, que cruz¨® el Atl¨¢ntico en 1973 con 11 tripulantes para estudiar el comportamiento humano. "La b¨²squeda del poder fue el primer factor de violencia en la balsa y lo es en el planeta", afirma. En su ¨²ltimo libro explica por qu¨¦ la violencia en el hombre es cultural y no tiene origen biol¨®gico, conclusi¨®n de un grupo de expertos que ha sido adoptada por la Unesco como Declaraci¨®n sobre la Violencia.
Genov¨¦s resume los cinco puntos de la Declaraci¨®n de la Violencia: "No est¨¢ gen¨¦ticamente determinada; no nos viene de nuestro pasado animal; no ha habido una mayor selecci¨®n del comportamiento violento que de otros rasgos en el proceso de selecci¨®n de la especie; no tenemos una localizaci¨®n para la violencia en el cerebro como la tenemos para otras funciones, y no es hereditaria". Sobre estas conclusiones de una veintena de expertos reunidos en 1986 por Genov¨¦s trata su ¨²ltimo libro, y ya son 30, Expedici¨®n a la violencia.Antes de esa declaraci¨®n, mucha gente sosten¨ªa, seg¨²n comenta este antrop¨®logo que naci¨® en Espa?a hace 67 a?os y vive en M¨¦xico desde hace 52, que el comportamiento violento es innato en el hombre. Genov¨¦s quer¨ªa hacer una definici¨®n cient¨ªfica de la violencia. "Tuve mucha oposici¨®n, por debajo de la mesa, del Vaticano, de Washington y de Mosc¨²", dice.
Antes, en 1964, form¨® parte del grupo de especialistas que redact¨® la Declaraci¨®n sobre la Raza de la Unesco, en la que se afirmaba que la existencia de razas diferenciadas no implica la superioridad de una sobre otras. "La raza y el racismo conducen a la violencia", afirma Genov¨¦s, y pone como ejemplo Sur¨¢frica o el sur de EE UU. "Incluso -desde el punto de vista antropol¨®gico, no pol¨ªtico- es en parte responsable del mal entendimiento entre el Pa¨ªs Vasco y el resto de Espa?a", dice.
"En nuestro pasado animal no tenemos ning¨²n dato serio de que haya lucha intraespecie institucionalizada y generalizada", afirma Genov¨¦s, y comenta que en las especies, con poqu¨ªsimas excepciones, los animales no se matan entre s¨ª: "La selecci¨®n natural y la supervivencia de la especie no prima al. m¨¢s fuerte, es una interpretaci¨®n err¨®nea de Darwin, porque la selecci¨®n, a nivel biol¨®gico, viene dada por el n¨²mero de genes que una poblaci¨®n transmite a la siguiente, a otra generaci¨®n", explica.
Tampoco hay datos, seg¨²n ¨¦l, para decir que existe violencia animal entre las especies, y de nuevo habla muy claro: 'Tos tiburones, los leones o las serpientes no atacan, sino que comen". Su conclusi¨®n es rotunda. "La violencia es de origen cultural, por diferencias de concepto de vida, hist¨®ricas, tradiciones, econ¨®micas o pol¨ªticas, que no tienen los leones o las cucarachas". Y el inicio de la violencia generalizada de la especie humana es la revoluci¨®n agr¨ªcola, "cuando el hombre domestica vegetales y deja de vivir de la caza o de recoger bellotas o ra¨ªces", dice.
Experimento humano
El antrop¨®logo e investigador se convirti¨® en balsero, seg¨²n su definici¨®n, tras embarcarse en 1973 en el proyecto que le cubri¨® de fama y de cr¨ªtica: la balsa Acali. "El objetivo era investigar el comportamiento de un grupo de personas aislado en condiciones extremas. ?ramos seis mujeres y cinco hombres, y tardamos 101 d¨ªas en llegar de Marruecos a M¨¦xico", explica Genov¨¦s.
Lo que convert¨ªa esta balsa en un experimento ¨²nico, comenta el antrop¨®logo , era la condici¨®n de aislamiento constante y obligado de un grupo de personas. En esto reside la diferencia con experiencias como la Biosfera, iniciada ahora en EE UU, ya que de ese invernadero c¨²pula puede salir uno de los experimentados en caso de necesidad [lo que ya ha sucedido, con la salida de una mujer que se ha amputado un dedo], condici¨®n imposible en una peque?a balsa cruzando el Atl¨¢ntico.
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