Belfast, capital de la intolerancia
El fracaso de las conversaciones de paz ha acelerado el retorno de la violencia en el Ulster
Ya son 67 los muertos habidos durante el presente, m¨¢s que en todo 1990. En la provincia brit¨¢nica del Ulster, al norte de Irlanda, el fracaso de las conversaciones impulsadas en julio desde Londres ha acelerado el ritmo de la violencia. Hace tiempo que las v¨ªctimas no visten uniforme ni tienen relaci¨®n con la pol¨ªtica. Las vidas de taxistas, desempleados, gente com¨²n norirlandesa, son la moneda de cambio con la que los pistoleros de ambos bandos -proirlandeses y unionistas- ajustan sus cuentas.
ENVIADO ESPECIAL
Los grupos pol¨ªticos extremistas dicen estar al margen de las acciones terroristas. Tanto el Sinn Fein, que propugna la uni¨®n con la Rep¨²blica de Irlanda, como el Partido Unionista Democr¨¢tico (PUD), partidario de la pertenencia al Reino Unido, condenan puntualmente cada atentado. Sin embargo, cada grupo sabe perfectamente qui¨¦nes. son los suyos y qui¨¦nes los enemigos. "Los unionistas son culpables de la violencia", dicen en el Sinn Fein, "y la provocan porque les favorece. Cuantos m¨¢s muertos, m¨¢s soldados brit¨¢nicos y mayor control desde Westminster". "Toda la responsabilidad la tiene el Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s (IRA)", aseguran en el PUD, "porque las acciones de los unionistas son s¨®lo una respuesta a los asesinatos cometidos por los cat¨®licos". En un a ¨¦poca como la actual, propensa a la intolerancia, Belfast puede atribuirse el discutible m¨¦rito de ser una de las ciudades decanas en la especialidad. M¨¢s de dos d¨¦cadas de odio, m¨¢s de 3.000 muertos y de 5.000 explosiones, han dejado una huella indeleble en el Ulster. Belfast, la capital, es una hermosa ciudad ensombrecida por el alambre de espino y las miradas huidizas.
Seg¨²n la polic¨ªa, el IRA y la menos conocida Organizaci¨®n Popular de Liberaci¨®n Irlandesa suman, entre ambos, unas 600 personas. En el otro bando, se estima que los comandos unionistas est¨¢n compuestos por unas 300. Menos de 1.000 personas bastan para tener en vilo a toda la poblaci¨®n, a la polic¨ªa y a los 30.000 soldados brit¨¢nicos que desde hace 20 a?os patrullan las calles a bordo de tanquetas.
Aunque la poblaci¨®n est¨¢ mayoritariamente hastiada, tanto el Sinn Fein como el PUD mantienen una s¨®lida base electoral. La simetr¨ªa entre ambas formaciones es notoria: las dos aseguran que en unas elecciones "realmente libres y sin coacci¨®n" obtendr¨ªan la mayor¨ªa; las dos tienen programas para obtener la paz que pasan, mas o menos indirectamente, por la eliminaci¨®n del contrario, y las dos acaban culpando a Londres y al Ej¨¦rcito brit¨¢nico de los males que aquejan al Ulster.
Las oficinas de ambos grupos est¨¢n parapetadas tras rejas, muros y alambradas. Tantos a?os de violencia han hecho de la pol¨ªtica algo casi tan clandestino como el asesinato nocturno. En el Sinn Fein, un por tavoz tuerto y manco -recuerdo de una bomba que estall¨® inoportunamente- explica que los pr¨®ximos a?os no supondr¨¢n cambios en la vieja rutina de la muerte. "Todo seguir¨¢ igual hasta que los brit¨¢nicos se vayan. Alg¨²n d¨ªa lo entender¨¢n y abandonar¨¢n la isla." En cuanto a su opini¨®n respecto de la posible reacci¨®n de los unionistas, "no tendr¨ªan problemas con un Gobierno irland¨¦s, aunque si se sienten tan leales a la corona de Buckingham, probablemente querr¨¢n irse junto con sus soldados".
lan Paisley, hijo del l¨ªder unionista, esgrime con pasi¨®n unos argumentos no menos c¨ªnicos. "Si nosotros, que representamos realmente al pueblo del Ulster, dispusi¨¦ramos del poder que leg¨ªtimamente reclamamos, acabar¨ªamos con la violencia". La f¨®rmula es simple: "Eliminaci¨®n f¨ªsica del IRA y prohibici¨®n del Sinn Fein por evidente inconstitucionalidad", dice.
"Entonces", a?ade, "podr¨ªamos empezar a hablar de las cosas realmente importantes: la educaci¨®n, los servicios m¨¦dicos, la calidad de vida, etc¨¦tera".
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