Los polic¨ªas del 'caso Atocha' llegaron al lugar del atraco sin que les avisaran

Los cuatro polic¨ªas procesados por la muerte premeditada de tres atracadores en junio de 1984 sab¨ªan cu¨¢ndo y d¨®nde se iba a producir el atraco, seg¨²n se desprende de la declaraci¨®n del encargado de la joyer¨ªa asaltada, Francisco Ojeda, quien afirm¨® ayer en el juicio del caso Atocha que ninguno de los empleados avis¨® a la polic¨ªa del suceso, pero los agentes llegaron antes de que los delincuentes lograsen huir.

Ojeda agreg¨® que alguien -en referencia a los polic¨ªas procesados- indic¨® a los atracadores la disposici¨®n del taller de joyer¨ªa, que parec¨ªan conocer muy bien.El encargado de la joyer¨ªa indic¨® que lo sustra¨ªdo y no devuelto se eleva a 25 millones en joyas. S¨®lo le fueron reintegradas cuatro mantas de joyer¨ªa de las 15 robadas. El contenido, seg¨²n testific¨® ayer, estaba revuelto, y las joyas ya no estaban clasificadas por categor¨ªas. Estos cambios no pudieron ser hechos por los atracadores, que murieron antes de salir a la calle.

La hija del encargado, Mar¨ªa Jes¨²s Ojeda, destac¨® que hab¨ªa visto en las dependencias de la brigada antiatracos de la polic¨ªa, cuando fue a prestar declaraci¨®n el mismo d¨ªa del asalto, la totalidad de las mantas de joyer¨ªa robadas, aunque ignora por qu¨¦ s¨®lo les fueron devueltas cuatro. Francisco Ojeda reclam¨® las restantes joyas robadas, pero seg¨²n dijo, en la polic¨ªa "sent¨® muy mal", que insinuase que algunos agentes se las hab¨ªan quedado.

Ojeda, su hija y un tercer testigo, Fernando Jim¨¦nez, declararon ayer que reconocieron sin lugar a dudas a Jos¨¦ Luis Fern¨¢ndez Corroto como el tercer atracador, "el que llevaba la voz cantante", s¨®lo dos a?os despu¨¦s de los hechos, porque fue la primera vez que les mostraron su foto. Corroto, seg¨²n las tesis del fiscal y de las acusaciones, se hab¨ªa puesto de acuerdo con los polic¨ªas para repartirse el bot¨ªn, pero ¨¦stos le mataron un mes despu¨¦s del atraco para quedarse con las joyas y evitar testigos. Los testigos negaron tener inter¨¦s econ¨®mico en el proceso, ya que las joyas no eran de su propiedad.