Un falsificador ingl¨¦s afirma que mil cuadros suyos cuelgan en grandes museos
Eric Hebborn realiz¨® imitaciones de Van Dyck y Brueghel durante 30 a?os

Un pintor ingl¨¦s residente en Italia, Eric Hebborn, asegura en sus memorias que durante 30 a?os estuvo pintando cuadros que luego vend¨ªa -provistos de documentaci¨®n falsa- como obras de grandes maestros de distintas ¨¦pocas. Seg¨²n sus c¨¢lculos, m¨¢s de mil de sus cuadros son atribuidos a pintores como Van Dyck o Jan Brueghel, y est¨¢n expuestos en museos tan prestigiosos como el British Museum, la National Galiery de Washington o el Royal Museum de Copenhague. De ser cierta la afirmaci¨®n del artista, ser¨ªa la falsificaci¨®n masiva m¨¢s espectacular de todos los tiempos.
En sus memorias, que aparecer¨¢n en Londres el 1 de noviembre, Hebborn revela que para obtener los certificados de autenticidad cont¨® con la inestimable complicidad de su amigo y amante Anthony Blunt -indiscutido experto en arte, conservador de la colecci¨®n privada de la reina de Inglaterra y c¨¦lebre esp¨ªa sovi¨¦tico- Las haza?as de Eric Hebborn hab¨ªan sido detectadas hace tiempo por los expertos de varios museos. La National Gallery de Canad¨¢ admiti¨® en 1978 que uno de sus cuadros, atribuido a Stefano de la Bella (1610-1664), era en realidad de Hebborn. Y el British Museum confirm¨® hace semanas que el Van Dick que hab¨ªa exhibido durante m¨¢s de 10 a?os era igualmente un Hebborn.
En total han sido detectadas unas treinta falsificaciones del polivalente Hebborn. Muy pocas en comparaci¨®n con las mil que ¨¦l se atribuye, una cifra veros¨ªmil, ya que ha pintado durante 30 a?os y tiene comprobantes de sus numerosas transacciones con conocidos intermediarios que luego vend¨ªan las obras -milagrosamente halladas en oscuros desvanes- a las casas de subastas o directamente a los museos.
El diario londinense The Independent public¨® ayer una entrevista con Hebborn, de 57 a?os, en la que ¨¦ste afirmaba que "no existen los dibujos o las pinturas falsos: son s¨®lo dibujos y pinturas. Los expertos que las atribuyen err¨®neamente son quienes crean la falsificaci¨®n".
El pintor se?alaba que ha esperado a que murieran las personas relacionadas con la monumental patra?a, especialmente Anthony Blunt, para hacerla p¨²blica.
En su libro revela detalles muy personales sobre su relaci¨®n con el esp¨ªa y asesor de Isabel II -que se acostaron s¨®lo una vez, o que inventaban los temas de futuros cuadros renacentistas mientras se atibo rraban de gin-tonic- pero afirma que Blunt casi nunca particip¨® en el proceso de comercializaci¨®n.
Blunt
A prop¨®sito de Anthony Blunt, relata una sabrosa an¨¦cdota. Blunt manten¨ªa una controversia con un colega, Hans Calmann. Hebborn decidi¨® pintar un Poussin e inst¨® a Blunt a que no lo reconociera como aut¨¦ntico; era de suponer que Calmann proclamar¨ªa que s¨ª lo era. Sucedi¨® al pie de la letra, gracias a la maestria de Hebborn. Otro cr¨ªtico, Brian Sewell, declaraba ayer a The Independent que ¨¦l y Blunt descubrieron la actividad secreta de Hebborn en 1964, y que desde entonces el exquisito esp¨ªa permaneci¨® en contacto con el falsificador a trav¨¦s de su amante estable, John Gaskin, que se encargaba personalmente de reunir las falsas pruebas para atribuir las obras a grandes maestros cl¨¢sicos.
Eric Hebborn naci¨® en 1934 en South Kensington, hijo de un empleado en una tienda de ultramarinos. Se educ¨® en duras condiciones, y adquiri¨® un temperamento violento: incluso trat¨® de quemar su escuela. Apartado de su familia, vivi¨® con varios parientes. Sus aptitudes para el dibujo le llevaron a la Chelinsf¨®rd Art School en 1949 y a ingresar en 1954 en la Royal Academy School.
Sin dinero, trabaj¨® en el taller de un restaurador y fue tom¨¢ndole gusto a los cl¨¢sicos, si bien dice haber pintado en esa ¨¦poca un Van der Velde. Acept¨® la invitaci¨®n de estudiar dos a?os en la British School en Roma.
All¨ª conoci¨®, entre otras figuras del mundo del arte, a Anthony Blunt. Hebborn se?ala c¨®mo, si se era homosexual, pod¨ªan salvarse muchas barreras de clase en tal ambiente. Aunque Hebborn asegura que Blunt nunca supo de sus falsificaciones, deja entrever que se le abrieron importantes puertas por la amistad del famoso cr¨ªtico. En 1964 Hebborn decidi¨® instalarse definitivamente en Italia, y pag¨® su primera mudanza con el importe de obras falsas pintadas por ¨¦l.
En los a?os sesenta y setenta, Hebborn realiz¨® y comercializ¨® sus principales falsificaciones, pero confiesa que desde 1978 puso en el mercado unas 500 obras supuestamente de "viejos maestros"`. Contact¨® con comerciantes en arte que acud¨ªan -a menudo bajo nombre falso- a preguntarle si pod¨ªa "encontrar" dibujos o pinturas de tal o cual artista.
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